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Actualizado: 14 de julio de 2025
Todos los objetos inanimados parecían adquirir una vida fantástica. Los cazos de cinc de los soldados, las piezas metálicas de su equipo, los cubos de la artillería, repiqueteaban solos, como si recibiesen una granizada impalpable.
Entonces, soy más generosa que tú, y, llegado el caso, no llevarías una suegra en tu equipo. Pues yo te declaro que no me casaría jamás con una mujer que no te venerase como a su madre. En este instante pasaron por la calle dos sombrillas en el fondo de una carretela, como un relámpago azul y rosa.
Fondos para el activo jiro y comercio que entablan despues de posesionados, conviene decir los reunen en Manila á un interes convencional, para el equipo y demas de su salida, que pagan luego con los que recaudan pertenecientes al erario público, y con los mismos que siguen su comercio todo el tiempo que permanecen en sus destinos.
El fué quien habiendo oido en Madrid hablar del pavimento de madera de las calles de Paris, entonces no adoptado todavía en España, propuso su aplicacion en Manila, estendiendo por las calles tablas, clavadas al modo como se ven en las casas; él fué quien lamentando los accidentes de los vehículos de dos ruedas, para prevenirlos discurrió que les pusieran lo menos tres; él fué tambien quien, mientras actuaba de Vice Presidente de la Junta de Sanidad, le dió por fumigarlo todo, hasta los telegramas que venían de los puntos infestados; él fué tambien quien, compadeciendo por una parte á los presidiarios que trabajaban en medio del sol y queriendo por otra ahorrar al gobierno de gastar en el equipo de los mismos, propuso vestirlos con un simple taparrabo y hacerlos trabajar, en vez de día, de noche.
Íbamos a casarnos, estaba preparando mi equipo para el cual se habían destinado cuatro mil pesetas con anuencia de mi tutor... De mi novio no quiero hablar... Cuando pienso en lo engañada que me tuvo, en lo ciega que estuve, comprendo que salgan mal tantos matrimonios.
Una contrariedad de otro orden vino a perturbar momentáneamente el curso de estas indagaciones. El matrimonio de su hija Presentación iba a llevarse pronto a efecto. Timoteo entraba a todas horas del día en la casa y era considerado ya como un hijo más. Se hacía el equipo, se amueblaba un cuarto en sitio próximo, se arreglaban los papeles.
Había llegado el calor, y sus trajes de invierno, aunque raídos, les abrumaban con peso sofocante. Vistiéronse los dos de negro en los establecimientos baratos de la calle de Toledo. Feli, en este segundo equipo, ya no se permitió capricho alguno. ¿Para qué adornarse? El embarazo desfiguraba su cuerpo débil y delicado. Pasaba semanas enteras sin salir de su habitación, sin asomarse a la ventana.
Idéntica explicación había hecho a don Adrián, por encargo de Leto, al pedirle ropa con que mudarse éste; pero don Adrián lo creyó a puño cerrado desde luego, y no pasó más allá de lamentar el caso, dar a Cornias el equipo que le pedía, y rogar a Dios en sus adentros que no ocurrieran cosas semejantes cuando fuera en el balandro la señorita de Peleches, de la cual nada había dicho el mensajero de Leto al boticario; mientras que los pescadores, con más datos a la vista y mayor experiencia que don Adrián en achaques de aquel género, y maliciosos de suyo, se forjaron el lance a su capricho; y dándole por cierto, le narraban diez minutos después, con minuciosos detalles, en la taberna de Chispas, delante de varias personas, entre ellas la criada de don Eusebio Codillo que iba en busca de la media azumbre diaria de clarete que se bebía en la casa entre los seis de familia.
No se indica cuánto tiempo permanecieron ambos en Valencia; de aquí se dirigieron á Lisboa, y entraron al servicio militar en la armada, que Felipe II equipó contra Inglaterra en el año de 1588, al mando del duque de Medinasidonia . Lope se reunió en esta expedición marítima con su hermano, de quien estaba separado hacía muchos años, pero tuvo la desdicha de verlo morir en sus brazos, herido por una bala enemiga.
Yo no; yo quiero estar despierta y sentir los pasos del tiempo. Quiero ver mi equipo, tocarlo, guardarlo, quiero ver mi blanco traje de novia, quiero pensar en mis zapatos, en mis camisas, en mis gorros, quiero sacar de su estuche las joyas, quiero recibir los regalos que me envíen las amigas. Vosotros los hombres no sabéis lo que pasa por nuestro corazón en este tiempo.
Palabra del Dia
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