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Actualizado: 9 de junio de 2025
Después que despachó su tarea, se dio a pensar en su hija, que en aquellos momentos estaba en su tocador. Luz andaba algo preocupada con la indisposición de Ángel: cosas de chicuelas enamoradas. La marquesa ignoraba lo del grave punto que había quedado pendiente la antevíspera entre los dos interesados.
Lo que me indicaba usted hace poco decía Santorcaz acerca de que esa linda joven que se le destina para esposa no quiere salir del convento, debe tenerle sin cuidado. Esas son gazmoñerías de las muchachas españolas, que, engañadas por su fantasía, se creen enamoradas de Jesucristo, cuando lo que sienten es verdadera pasión por un ideal mundano.
Lo decía en un tonillo irónico que demostraba la hostilidad secreta que el capellán sentía hacia todos los maridos. Las damas, en quienes los encantos de aquéllos no ejercían ya fascinación alguna, sonreían forzada y maliciosamente como diciendo: «¡Ya, ya!» Se murmuraba que había varias enamoradas de él.
Pero los amores de mi niña eran la hermana San Sulpicio, una andaluza hermosísima, llena de gracia y atractivo; había cuatro chicas enamoradas de ella perdidamente; pero la que se llevó la palma y llegó a ser su favorita al cabo de algún tiempo, fue Maximina; sin embargo, la hermana, que era un poco coqueta al parecer, se complacía algunas veces en mortificarla mostrándole gran frialdad o adoptando con ella un continente severo, hasta que viendo su cara contristada, se echaba a reír y le tiraba suavemente de una oreja, llamándola tonta.
Es inútil repuso ésta con la presencia de espíritu que caracteriza á las niñas enamoradas en los momentos más difíciles. Mi criado debe aguardar en el portal porque tenía orden para ello... Venga usted, sin embargo, á ver... El doméstico la siguió por la escalera y adelantándose luego abrió la puerta de la calle. Verdad es... Aquí aguarda manifestó divisando la silueta de Nolo.
Como quiera que ello sea, no nos atrevemos a creer que Goethe, aunque no por medios tan sanguinarios, se complaciese en causar dolores, en excitar sentimientos tiernos y fervorosos y en pagarlos mal luego, en atormentar a algunas mujeres sencillas y enamoradas, y en otras lindezas del mismo orden, a fin de estudiar bien en la naturaleza los infortunios, las angustias, la desesperación y hasta la muerte por corazón destrozado, que luego había de describir en sus más simpáticas heroínas.
De lo que contaste poco ha, colegí que las vuestras son enamoradas, quiero decir, del amor que tenéis a aquella hermosa ingrata que en vuestras lamentaciones nombrastes. Ya cuando esto pasaban estaban sentados juntos sobre la dura tierra, en buena paz y compañía, como si al romper del día no se hubieran de romper las cabezas.
Salomón y Crishna veían, oían y tocaban a sus bellas y enamoradas amigas, pero este poeta ni toca, ni ve, ni oye a la suya, si no se la imagina con indecisa vaguedad, y de tal suerte, que lo mismo puede vivir en este planeta que en otro remotísimo, y lo mismo puede ser nuestra contemporánea, que haber nacido hace cuarenta siglos o que estar aguardando aún otros cuarenta, en el mundo de las ideas, antes de que llegue el día de su encarnación y de su aparición entre los seres de nuestra casta.
Cuando Morsamor le abría su corazón a Tiburcio y le confiaba parte de sus pesares, Tiburcio, con el propósito de despojar de gravedad el asunto, le decía burlando: En verdad que tiene sus contras el poseer tan gentiles enamoradas y tan famosas amigas como la mía y la tuya. Debemos, con todo, conformarnos y hasta convertir el inconveniente en estímulo. Voy a explicarme mejor.
Don Jerónimo, á su vez, olvidándose de sus amoríos recientes, renueva sus anteriores relaciones con Serafina, guardándose en esta comedia la costumbre, casi convertida en ley en el teatro español, de que á su desenlace concurran varias parejas enamoradas.
Palabra del Dia
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