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Allí se encuentran bosques inmensos poblados de árboles gigantescos; parajes grandiosos á cuya vista se extasía el pensamiento del hombre civilizado, poco habituado á la contemplación de la naturaleza adornada con sus galas primitivas, mostrando en admirable desorden las más apreciadas maderas, revueltas con otras plantas de frutos riquísimos que, como el café, cacao, canela y algodón, se ofrecen al hombre emprendedor en remuneración espléndida de sus afanes.

Algunos llevaron su audacia, sin dejar la capa, a extender sus correrías de caballeros pobres hasta las puertas de la misma capital de la provincia, y por fin, D. Diego, el padre de Emma, el genio superior de la familia sin duda alguna, entró en la ciudad sin miedo, fue estudiante emprendedor y calavera, y al llegar a la mayor edad y tomar el grado, cambió de carácter, de repente, se hizo serio como un colchón, abrió cuarto de estudio, acaparó la clientela de la montaña, aduló a los señores del margen, magistrados serios también y amigos de las fórmulas más exquisitas, hizo buena boda, salió de pobre, brilló en estrados con fulgor de faro de primera clase, y, sin perjuicio de ser romántico en el fuero interno, y hasta de escribir octavillas en el seno del hogar, y dejar válvulas de seguridad a los vapores del sentimentalismo en las llaves de la flauta, en que soplaba con lágrimas en los ojos, fue con todo el más rígido amador de la letra y enemigo del espíritu y de toda interpretación arriesgada e irreverente de la ley sacrosanta.

Sin embargo continuó cuando iba ya a interrumpirlo, por temor de que el padre rechazara a Abelardo, le he prestado lo bastante para establecerse por su cuenta en Dogtown. Hombre emprendedor, activo, brillante, como sabes que es Abelardo, puede adelantar y hacerse otra vez con su antigua posición, y no hay necesidad alguna de que le apremien si no lo logra.

No se sabe con certeza ni hasta dónde llegó, ni si se descubrió al cabo, ni por qué medios. Lo que consta es que el rey Hassán miraba á Cervantes como al más osado y emprendedor de sus esclavos, y como al único de quien todo podía temerlo. Solía decir que para tener seguros sus esclavos, sus buques y su capital, era necesario vigilar con esmero al español estropeado.

La explotación no dió resultado. La compañía le retiró su comisión y el sueldo. Pero Delaunay, que poseía genio emprendedor y algún dinero, se metió sucesivamente en seis u ocho empresas industriales. Primero montó una fábrica de papel; después otra de puntas de París; más tarde intentó formar un criadero de ostras; después fábrica de quesos y de hielo.

Había al mismo tiempo, ya se entiende que en otras ocasiones y apartes, otro personaje más emprendedor y menos asustadizo. Fue este el propio y respetado cacique de Villalegre: el excelentísimo señor don Andrés Rubio.

La mayor parte de la Confederacion mantiene todavía los gremios ó corporaciones industriales privilegiadas, y esto contrasta mucho con la libertad política y el genio emprendedor de los Suizos.

Los hábitos industriales le han engendrado notablemente el sentimiento artístico, que armoniza con el de la especulacion; pero no el del arte pintoresco y apasionado, sino el del arte serio que entraña una idea. El catalan no tiene de la vanidad sino el resorte fecundo, el que impulsa al progreso, porque es altivo, emprendedor de todo y tiene horror á la frase: quedarse atras.

Estábase incubando hacía tiempo en la República la guerra civil; Rivadavia la había visto venir, pálida, frenética, armada de tea y puñales; Facundo, el caudillo más joven y emprendedor, había paseado sus hordas por las faldas de los Andes, y encerrádose a su pesar en su guarida; Rosas, en Buenos Aires, tenía ya su trabajo maduro y en estado de ponerlo en exhibición; era una obra de diez años realizada en derredor del fogón del gaucho, en la pulpería al lado del cantor.

Batiste, al inspeccionar las incultas tierras, se dijo que había allí trabajo para largo rato. Mas no por esto sintió desaliento. Era un varón enérgico, emprendedor, avezado á la lucha para conquistar el pan. Allí lo había «muy largo», como decía él, y además se consolaba recordando que en peores trances se había visto.