Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de octubre de 2025
Y los dos novios, puestos ya en la pendiente del apasionamiento, arrullábanse con la música de sus palabras, con la exuberancia verbosa propia de la tierra. Rafael, agarrado a los hierros, temblaba emocionado al hablar a María de la Luz, como si sus palabras no fuesen suyas y le turbasen con dulce embriaguez.
Ha llegado a mi casa sobre el ala de un rayo y ha llenado de rosas mi pobre habitación, y yo le he preguntado quién era, y era Mayo, Mayo con su perfume de flor y corazón. Abriéronse mis brazos a su áurea caravana y se llenó mi mesa de vaga devoción; fué un desfile de rosas y aves por mi ventana, abierta a la olorosa y dulce procesión. Y al fin, emocionado, hablé: Mayo, ¿qué quieres?
Rafael, emocionado, apenas si pudo sorber unas cuantas gotas de ron, mientras el barbero mascaba a dos carrillos, bebía copa tras copa y con la cara cada vez más roja, hablaba y hablaba, la boca llena de pasta. Apareció Leonora, seguida de la doncella, que llevaba en los brazos un lío de ropas. Ya comprenderán ustedes que aquí no hay trajes de hombre.
Y el viejo, sin tener en cuenta la reconciliación de los esposos ni el paso del tiempo, se sintió emocionado por esta maternidad, como si su hijo hubiese intervenido en ella. Mientras tanto, Julio seguía marchando, sin volver la cabeza, sin enterarse de esta mirada fija en su dorso, pálido y canturreando para disimular su emoción. Y nunca supo nada.
Veinte años y dos meses, ilustre Pontífice; cinco años justos más que la mula de Su Santidad... ¡Ah, bendita de Dios la valiente bestia!... ¡Si supiese Su Beatitud cuánto amaba yo a aquella mula! ¡Y con qué sentimiento me acordaba de ella en Italia!... ¿Me permitirá Su Santidad que la visite? Sí, hijo mío, la visitarás dijo el bueno del Papa, emocionado.
El buen cura muy emocionado, restregose la nariz, con aire perplejo. Muy distante estaba de participar de las ideas de mi tía a ese respecto y miraba el modo que podría emplear para disipar mi tristeza, sin despertar en mi alma ni el orgullo, ni la vanidad, ni ningún elemento de pecado. Vamos, Reina; es preciso no apegarse mucho a cosas que pronto se desvanecen.
Pensé en aquel momento en las dos almas de Cesarina y Susana, llegando a figurarme que habían venido bajo aquel símbolo alado, para recoger la de su madre, precediéndola en el lugar de su descanso eterno. ¡Cómo se explica uno las supersticiones del corazón cuando se encuentra éste emocionado y lejos de la influencia de la razón!
Mientras me hablaba, miré emocionado ese saloncito de papel claro, que hacía mucho tiempo que no había visto y donde he pasado ya tan hermosas horas. Todo estaba igual.
Sudoroso y emocionado aún por el combate, siguió balbuciendo explicaciones. Reconocía que los chilenos provocaban peleas algunas veces; pero era de tarde en tarde y á consecuencia de excesos en la bebida.
Desnoyers sonrió levemente. ¿A qué iba á estar pronto su ilustre amigo? ¿De qué podía servir, simple mirón como él, y emocionado indudablemente por lo nuevo del espectáculo?... Sonaron á sus espaldas un sinnúmero de timbres: vibraciones que llamaban, vibraciones que respondían. Los tubos acústicos parecían hincharse con el galope de las palabras.
Palabra del Dia
Otros Mirando