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Actualizado: 18 de junio de 2025
Dan impulsos de traer á aquellos parajes una colmena, para probar si la vista del hogar doméstico las hace romper el encanto que las tiene convertidas en pequeñas y mudas estatuas. Es esta flor la singularidad más peregrina que hemos visto.
Habría deseado comprar todo o siquiera algo; pero ¿cómo, ¡Santo Dios!, en la situación apuradísima en que estaba, amenazada de un grave cataclismo doméstico? «Esto lo he traído para usted», le decía Sobrino con infernal amabilidad.
Perfectamente interrumpió Foja el señor Guimarán ha hablado como un libro, y eso que no los lee, pero no importa, ha hablado como el libro de su conciencia, según él dice. Aquí, señores, nos hemos reunido para celebrar la vuelta del señor Guimarán al hogar doméstico, llamémoslo así, del Casino. Pero ¡ah! señores diputados, ¿por qué ha vuelto al Casino el señor Guimarán?
Sólo este propósito moral se halla de acuerdo con la poesía, puesto que del fin, también moral del drama, con arreglo al cual las faltas de cada uno han de llevar siempre su castigo merecido, y del deseo de dar en el teatro lecciones de sabiduría infantil, y aprender en cada drama una máxima de prudencia para aplicarla después en el hogar doméstico, nada sabían felizmente ni nuestro poeta ni su siglo.
Con la puesta del sol, la muerte se presenta ante la imaginación del navegante, y recuerda el humilde techo del hogar doméstico, el apacible calor de la casa, el ángel de sus amores. Ensimismado en esos tiernos recuerdos contempla la última luz del moribundo día, llevándole su fantasía á los sitios que sueña.
Recientemente el prelado doméstico había hecho un viaje a Roma, y trajo para su amigo nada menos que un título de hijo predilecto de la Iglesia. Godofredo estaba loco de alegría. Decía que no cambiaría aquella distinción por la cartera de ministro. D.ª Carolina lloró de gozo y le abrazó con efusión al saber la noticia. Presentación se ruborizó de placer.
La familia, principal fundamento de una sociedad, descansa en Baviera sobre la ancha base de la moral, y del hogar doméstico salen excelentes ciudadanos.
Confesamos que la situación de doña Juana era excéntrica, excepcional, terrible. Llegó un momento en que la duquesa tuvo miedo de que conociesen su estado, y se retiró de la corte, se encerró en su casa. El duque de Osuna, al no ver en la corte á la luz de los ojos, quiso verla en el hogar doméstico. Pero encontró cerrada la puerta del hogar de doña Juana.
Quiero que la mujer sea el guardian doméstico, pero sin dejar de ser entidad religiosa, moral, política, industrial, si conviene, porque la casa está dentro de la sociedad, y quiero que la mujer no se tenga en menos que la casa. Quiero que sea madre; venero este carácter santo, este santo sacrificio de amor; pero quiero que no deje de ser mujer.
Digo en cuanto a su físico; porque en lo tocante a lo demás, el hombre averiado y caduco del rincón doméstico, era el mismo personaje ostentoso de la vía pública y de los grandes salones. Refiérome a la prosopopeya y a la solemnidad.
Palabra del Dia
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