Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Mientras a lo largo del camino se hundía su imaginación en el recuerdo del pasado y revivía los tiempos de Val-Clavin, no creía que se le hubiese tan completamente olvidado, ni esperaba que se le tratase como a un extraño... Esto le puso profundamente melancólico y con gesto displicente se sentó ante su mesa solitaria.

Cogió el sombrero y el bastón de puño de oro; saludó con una cabezada al Magistral y salió murmurando: A lo menos San Simeón Estilita estaba sobre una columna, pero no era una columna... de este orden; no era un estercolero. Doña Lucía se presentó y con un gesto displicente contestó a las palabras de su primo que había oído desde lejos: Es un loco, hay que dejarle.

Pero toda felicidad es breve en este mundo. La de él, brevísima. Al día siguiente de aquel deliquio amoroso, encontraba a su dueño frío como el mármol, displicente, y, lo que es peor, en largas y reservadas pláticas con Escosura allá por los rincones del salón.

Quejábase también el cura: Sana habrá sido vuestra intención, don Miguel, pero, al hablar de , ¡bien pudisteis enaltecer mis virtudes y no pasarlas en tan displicente silencio!

No puedes figurarte qué tono tan displicente sabe sacar esa chiquilla cuando quiere. Si trato de hablar con otra, basta que Esperanza me ponga la cara risueña para que la deje inmediatamente. He llegado a pasar un mes sin dirigirle apenas la palabra; pero al fin no pude resistir más y volví a entregarme. Prefiero su conversación, aunque me maltrate, a la de todas las demás....

El mundo entero desapareció á sus ojos, no quedando de toda la creación sino la barba sedosa de Velázquez, sus blancos dientes africanos y su irónica sonrisa y acento displicente. Por mucho que se jactase de guapo, todavía pensaba la joven que se quedaba corto. Creía de buena fe que no existía en Cádiz mujer de alta ó baja calidad que no le envidiase su buena dicha, y las compadecía.

Esa fama goza repuso Castro un poco inquieto ya. Tiene muchos admiradores. ¿No es usted uno de los entusiastas? ¿Quién se lo ha dicho a usted? Nadie; lo supongo. Hace usted bien en suponerlo. Su tía es, a mi juicio, una de las señoras más hermosas y distinguidas de Madrid.... Vaya, hasta otro rato, Esperancita. Y le alargó la mano con un aire displicente que hirió a la niña.

Nunca se le había visto tan afanoso. Generalmente era displicente, y hasta en las bromas más premeditadas mostraba cierta actitud desdeñosa, sincera o fingida, que le hacía más temible. Ahora echaba todo el cuerpo fuera. Es que se trataba de la farsa más estupenda y regocijada que había presenciado jamás la ciudad de Lancia desde que los monjes de San Vicente habían venido a fundarla.

Con aire displicente dijo el buen hombre: Pues ópera la van ustedes a tener ahora, y buena; porque me ha dicho el alcalde que han pedido el teatro desde León el famoso Mochi y la Gorgheggi. ¡La Gorgheggi! gritaron a una los presentes. Y hasta el relator hizo un movimiento de sorpresa en su silla, metido en la sombra, y la viuda de Cascos le miró y suspiró discretamente.

Velázquez había cesado de cantar y se inclinaba para hablar con Mercedes, quien con el codo sobre la mesa y la mejilla sobre la mano mostraba una actitud marcadamente displicente. Era graciosa esta Mercedes con sus ojillos chispeantes, los dientes blancos y menudos y la nariz remangada.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando