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Actualizado: 29 de junio de 2025
Leonor Cortés, Doncella, hija de Agustín Cortés, mayor, difunto, mercante de oficio y de Mariana Moyá, su mujer, natural y vecina de esta Ciudad, de edad de veinte y dos años, fue presa por delito de judaismo. Salió en forma de penitente con su sambenito y vela verde en las manos.
Vos mismo declarasteis que no había ido, y además, abandonasteis el cuerpo del difunto. Es forzoso que me haya dormido dijo Silas , o bien que haya estado bajo la influencia de una manifestación espiritual parecida a aquella de que fui objeto ante los ojos de todos vosotros, de modo que el ladrón debe haber entrado y salido mientras yo no estaba en mi cuerpo; pero sí mi cuerpo.
El más madrugador, saliendo en la semiobscuridad del crepúsculo, percibiría una vaga figura de pie en el lugar consagrado á expiar los crímenes y delitos; y casi fuera de juicio, movido de susto y de curiosidad, iría llamando de puerta en puerta á todo el pueblo para que viniese á contemplar el espectro, pues así se lo figuraría, de algún difunto criminal.
El cuchillo había sido encontrado cerca del difunto diácono, en el sitio en que había depositado la bolsa que contenía el dinero de la iglesia, y que el propio pastor había visto el día precedente. Alguien se había llevado la bolsa, y, ¿quién podía ser, sino aquél a quien pertenecía el cuchillo? Durante un rato Silas permaneció mudo de sorpresa.
Sólo rumores vagos han llegado al reino acerca de la muerte del Rey, y muchos confunden con éste á Don Nuño por su extraordinaria semejanza con el difunto Monarca. Esta particularidad le sugiere el plan de fingirse el Rey, no dudando que como á tal lo mirarán todos sus vasallos, y que de esta manera podrá asegurar el éxito de su venganza de Bermudo, tan largo tiempo y tan ardientemente deseada.
Rafaela conservó para sí una pequeña parte, en fondos extranjeros, del gran capital de su difunto marido; conservó lo bastante para que le produjese de setenta a ochenta mil francos de renta, con los que decidió irse de Río y venir a vivir en Europa. Así lo hizo, a los pocos meses de viuda.
No he visto a estos indios conserven ninguna superstición ni rito de los de su gentilidad con sus muertos; lo único que hacen es, luego que expira, y en el tiempo que el cuerpo permanece en sus casas, y también en el entierro, se oye que algunas indias viejas, parientas o cercanas del difunto, lloran con una especie de tono ronco y desagradable, mezclando algunas palabras de sentimiento.
En la cuestión religiosa, las ideas de doña Lupe se adaptaban al criterio de su difunto esposo, que era el más juicioso de los hombres y sabía dar a Dios lo que es de Dios y al César, etc... Este estribillo lo repetía muy orgullosamente la viuda siempre que saltaba una oportunidad, añadiendo que creía cuanto la Santa Madre Iglesia manda creer; pero que mientras menos trato tuviera con curas, mejor.
La mujer de don Baldomero I y la del difunto Arnaiz eran primas segundas, floridas ramas de aquel nudoso tronco, de aquel albardero de la calle de Toledo, cuya historia sabía tan bien el gordo Arnaiz.
El testigo recordaba también que, hablando con el difunto de diferentes cosas, le había dicho que muchas personas eran de parecer que él, Antonio Pérez, debiera haber aceptado la pensión de doce mil libras que el Rey Enrique IV quería otorgarle en consideración á su edad, enfermedades y falta de medios de subsistencia, y que Pérez había respondido que no se arrepentía, así faltaran á la palabra que le dieron, antes, por el contrario, que si todavía le hicieran la misma proposición segunda vez, la rehusaría con objeto de probar la verdad con que tantas veces había hecho manifestación de fidelidad al Rey de España, su soberano, y con la esperanza de que con tal proceder alcanzaría su gracia.
Palabra del Dia
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