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Actualizado: 26 de julio de 2025
Mi patria, respondió el genio, dista quinientos millones de leguas del Sol, y es aquella estrellita junto á Sirio, que estás viendo desde aquí. ¡Lindo pais! dixo Memnon. ¿Con que no teneis bribonas que engañan á los hombres de bien, ni amigos íntimos que les estafan su dinero y les sacan un ojo, ni deudores que quiebren, ni sátrapas que se rian de vosotros quando os niegan justicia?
Además adivinó que el tono de insistencia empleado por el squire al hablar del poco dinero de que disponía y de los deudores morosos debía de producir en su espíritu la disposición menos favorable para escuchar las confesiones de su hijo. Sin embargo, era preciso que prosiguiera ahora que había comenzado.
Sueldan entonces las dos piezas, y apenas acaban esta operación, desaparece la torre con horrible ruido. El peregrino, á quien los dos hermanos son deudores de este bien, recibe en premio la mano de Aurelia, hermana de Salucio.
Pero se jugaban este socorro, lo perdían, y como los deudores del Casino no pueden volver á él hasta que han cumplido sus compromisos, quedaban clavados en la plaza para siempre, con la ilusoria esperanza de un dinero que todos ellos ignoraban de dónde podría venir.
¡Dios le oiga! oró Xuantipa, adoptando una actitud devota convencional. Yo creo que usted debe intervenir algo en el negocio, Xuantipa: llevar la administración, hacer a los deudores que ellos paguen.... Usted sirve para eso, tanto como Belarmino creo que no sirve. ¿Que si sirvo? Si éste me dijera de verdad quiénes son los que no pagan, le prometo a usted que, o pagan, o les saco el galillo.
12 Y suéltanos nuestras deudas, como también nosotros soltamos a nuestros deudores. Amén. 14 Porque si soltareis a los hombres sus ofensas, os soltará también a vosotros vuestro Padre celestial. 15 Mas si no soltareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os soltará vuestras ofensas. 17 Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro;
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? 6 Y él dijo: Cien batos de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y siéntate presto, y escribe cincuenta. 7 Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.
Una prueba de esta verdad es el cúmulo de espedientes que siempre hay en el tribunal mayor de cuentas sobre procedimientos contra alcaldes mayores y correjidores, unos fallidos, y otros con grandes rezagos por lo que han administrado, y todos estos deudores al erario.
Los jinetes y las amazonas alegraban con su rápida aparición el hermoso tumulto; pero de cuando en cuando la presencia de un ridículo simón lo descomponía. «Debían prohibir dijo Isidora con toda su alma que vinieran aquí esos horribles coches de peseta. Déjalos... En ellos van quizás algunos prestamistas que vienen a gozarse en las caras aburridas de sus deudores, los de las berlinas.
La marquesa supo dar tal inflexión a algunas de estas palabras, que su política fue perfectamente comprendida por Jacobo. Aquello de que los deudores quedaban perdonados sentóle muy bien y le llenó de esperanza. ¡Política italiana! dijo moviendo la cabeza . Es la más hábil. Italiana no, romana replicó vivamente la marquesa . ¡Es la más santa!...
Palabra del Dia
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