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Actualizado: 8 de julio de 2025
Dime, hija mía, lo que deseas, porque todo es preferible al oculto pesar que aflige tu corazón. ¿Habla usted de veras, papá? exclamó Magdalena, en cuyos ojos brilló un destello de alegría. ¿Va usted a complacerme? Sí, aunque sea contra mi voluntad. Así, pues, ¿me permitirá bailar un vals, uno solo, con Amaury? Sí; si así lo quieres, sea dijo el doctor.
Pasó el último fantasma al extinguirse el último destello de la luz; acabaron de cerrarse los párpados entreabiertos; cayó sobre la almohada el perfil de la linda cabeza, y se quedó Nieves dulce y profundamente dormida. Las primeras semanas
Me acordé de Trembles. ¡Hacía tanto tiempo que no pensaba en aquellos lugares! Fue como el destello de un saludo, y cosa rara, por un súbito retroceso a impresiones tan lejanas recordé los aspectos más austeros y calmantes de mi vida campestre. Volví a ver Villanueva con su larga línea de casas blancas, apenas más altas que los ribazos.
La criada entró en el cuarto de Isidora, trayendo un plato con varias lonjas de pechuga y un poco de relleno. Encendiéronsele a Mariano con luces mil los ojos, y no parecía sino que cada destello de su mirar era un largo tenedor; pero Isidora, en quien el orgullo no daba lugar al agradecimiento ni al perdón, vio con repugnancia aquel tardío obsequio.
Su cara se sublimaba por la fe. ¿Qué destello divino era el que de sus ojos emanaba? No puede darse idea del timbre de su voz al decir: «¿Para qué leyes? Soy mi propio testigo, y mi cara proclama un derecho. Soy el retrato vivo de mi madre». La marquesa la miró otra vez palideciendo. ¿Cruzó por la mente de la noble señora un rayo de duda?... ¿Vaciló su firme creencia? ¡Quién puede saberlo!
Un destello de alegría brilló en los hermosos ojos de Magdalena y por sus descoloridos labios vagó una débil sonrisa al oír las palabras de su padre.
¡Oh! ¡no seré soldado! exclamó don Juan . Mi rey, mi orgullo, sois vos. Sí, sí, seréis soldado mientras sea necesario que lo seais; pero después no: ¡no quiero morir como mi madre! ¡Oh, Clara de mi alma! exclamó el joven, recibiendo el puro, el glorioso relámpago de amor que destelló de los ojos de doña Clara al pronunciar sus últimas palabras ; ¡vos me amáis!
La tierra se recoge en un profundo silencio; murmuran los pinos; flota en el aire grato olor de resina. El cascabeleo de un verderol suena precipitado; calla, suena de nuevo. Y en la lejanía el dorado castillo refulge con un postrer destello y desaparece. Anochece. Se oye el traqueteo persistente de un carro; tintinea a intervalos una esquila.
En medio de la noche Al contemplar tu estrella, En su fulgente huella Mi alma te busca á tí; Y pienso que al mirarla Brillando placentera En celeste esfera, Te acordarás de mí. Ausente de tu lado Mirando ese astro bello Creeré ver un destello Emanacion de tí; Y esclamaré con ansia: Tal vez la hermosa mia En medio á la alegría Se olvidará de mí!
Nunca se le dio a entender que tenía un alma pronta a dar ricos frutos si se la cultivaba con esmero, ni que llevaba en sí, como los demás mortales, ese destello del eterno saber que se nombra inteligencia humana, y que de aquel destello podían salir infinitas luces y lumbre bienhechora.
Palabra del Dia
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