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Actualizado: 5 de julio de 2025


Paco Gómez tomó la baraja y sacó las tres sotas; pero sabiendo la debilidad de Nuncita y queriendo, según su temperamento, mortificarla un poco, hizo una señal a la que quedaba, y luego la fue manifestando al oído a algunos de los tertulios.

Al que falta a las leyes de la familia, al que deserta de su bandera, lo condenas para siempre, lo sentencias a la muerte del olvido; yo compadezco su debilidad y lo perdono. Entendemos el honor de un modo distinto.

Clara había vuelto á salir de paseo con Lucía y acompañada del Comendador y de Doña Antonia; pero Clara estaba cambiada. Su palidez y su debilidad eran para inspirar serios temores. Su distracción continua asustaba también al Comendador.

La enferma quiso hablar por vez postrera para despedirse de los seres más queridos de su corazón, pero su debilidad era tan grande y sus fuerzas decaían de tal modo, que sólo a costa de un esfuerzo sobrehumano, logró articular algunas palabras.

El viejo había sido durante mucho tiempo aperador del cortijo. Le tomó a su servicio el antiguo dueño, hermano del difunto don Pablo Dupont; pero el amo actual, el alegre don Luis, quería rodearse de gente joven, y teniendo en cuenta sus años y la debilidad de su vista, lo había sustituido con Rafael.

Esto es lo que le hacía permanecer en su asiento, defendiéndose con debilidad de una hembra, a la que podía repeler con sólo el impulso de una de sus manazas. Por fin, tuvo que hablar: ¡Déjeme su mercé, señorita!... ¡Doña Lola... que no pué ser!

¡Ah! ¡de qué infortunio eras presa! dijo Ester con los ojos anegados en llanto. ¿Quieres morir de pura debilidad de espíritu? No hay otra causa. El juicio de Dios ha caído sobre , dijo el eclesiástico cuya conciencia estaba como herida de un rayo. Es demasiado poderoso para luchar contra él. ¡El cielo tendrá piedad de ! exclamó Ester. ¡Ojalá tuvieras la fuerza de aprovecharte de ella!

Si le confieso mis perplejidades, despreciará mi debilidad y se negará a defenderse, la conozco, ofendida en su orgullo tanto como en su amor.

El lenguaje de Moreto es, en sus mejores obras, rico y castizo, aunque carezca de esa frescura y espontaneidad que tanto nos maravilla en algunos de sus predecesores y coetáneos, y aunque no esté libre de algún rebuscamiento. En sus comedias inferiores en mérito se hace visible como cierta debilidad y cansancio, así en su composición y pensamientos, como en su dicción dramática.

Ester, dijo, no pregunto por qué motivos, ni cómo has caído en el abismo, mejor dicho, has subido al pedestal de infamia en que te he hallado. La razón es fácil de hallar. Ha sido mi locura y tu debilidad.

Palabra del Dia

malignas

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