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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Los sermones que predicaba don Paco, más que morales conducentes a observar el decoro de Juanita, no se puede decir que fueron predicados en desierto. Poco a poco dejaron de menudear las visitas de Antoñuelo; sus cuchicheos con Juanita se acortaron, y al fin, cuchicheos y visitas vinieron a ser raros. Esto dio ánimo a don Paco.
Basilio al oir semejante lenguaje, aunque quería mucho á Isagani, dió media vuelta y salió. Tenía que ir á casa de Makaraig para hablarle del préstamo. Cerca de la casa del rico estudiante, notó cuchicheos y señas misteriosas entre los vecinos. El joven, no sabiendo de que se trataba, continuó tranquilamente su camino y entró en el portal.
Al acercarme se detuvieron, me miraron de pies a cabeza como a un animal curioso y, tan pronto como les di la espalda, oí detrás de mí cuchicheos y risas ahogadas. Me invadió un calofrío al observar esa curiosidad malevolente de aldea. Me sentí aliviada cuando vi alzarse frente a mí las torres de la puerta.
De día, bandadas de petimetres de guante amarillo y bota de charol, hormigueaban en la playa. Han visto á alguna persona que estaba sola. ¿Sola? ¿Por qué lo está? Y empiezan los cuchicheos. Acércanse y tratan de entablar conversación por medio del niño, al cual regalan algunas conchas. En una palabra, la señora, sin saber qué hacer, importunada, permanece en casa ó sólo sale de mañanita.
Amago de apoplejía en la interesada... La duquesa consuegra la saluda desde lejos... Grandes cuchicheos que crecen, crecen cual ráfaga de viento huracanado que comienza por silbar y acaba por rugir.. De repente, crujido misterioso... Silencio profundo... Sorpresa general.
Olor eclesiástico de viejos recintos sahumados por el incienso, cuchicheos de beatas, visos negros de sotanas raídas o elegantes, que de todo hay allí, llenan estas admirables páginas, en las cuales el narrador hace gala de una observación profunda y de los atrevimientos más felices.
También había cuchicheos secretos, al oído, entre aquel estrépito; rostros lánguidos, ceños de enamorados celosos, miradas como rayos de pasión.... Entre aquel cinismo aparente de los diálogos, de los roces bruscos, de los tropezones insolentes, de la brutalidad jactanciosa, había flores delicadas, verdadero pudor, ilusiones puras, ensueños amorosos que vivían allí sin conciencia de los miasmas de la miseria.
Ahora se notaba bien claramente que sus apartes y cuchicheos eran intencionados: acaso tuvieran por fin castigarla por la defensa indirecta que había hecho del P. Gil, a quien D. Joaquín odiaba a par de muerte.
Ramiro, que solía entrar ahora a la casa, topó varias veces con ellos, advirtiendo con desgarradora sorpresa que Beatriz no existía solamente para él. Notó miradas, melindres, cuchicheos, e imaginó todo lo que podría suceder en aquella familiaridad del parentesco; pero su orgullo fue más fuerte que el dolor. Mostrose tranquilo, silencioso, casi sonriente.
Así es que, excitado, si bien no tenía derecho para pedir explicaciones, con más o menos disimulados rodeos, y cuando Antoñuelo no estaba presente, se atrevió a pedirlas y a indagar por qué venía Antoñuelo con tanta frecuencia y de qué trataba con Juanita en sus largos apartes y cuchicheos.
Palabra del Dia
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