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Actualizado: 21 de noviembre de 2025
No se escandalice usted, padre mío, porque bien arrepentido estoy al presente de mis necias rebeldías que ahora juzgo culpables y odiosas. Hoy creo... Crea usted, amigo mío, y se salvará dijo el cura. En esa promesa del Evangelio confío, padre mío.
D. Romualdo dijo Doña Francisca enteramente trastornada ya , que no crea nada de eso; que no haga ningún caso de las Beninas figuradas que puedan salir por ahí, y se atenga a la propia y legítima Nina; a la que va de asistenta a su casa de usted todas las mañanas, recibiendo allí tantos beneficios, como los he recibido yo por conducto de ella.
Una y media respondió Nieves al punto . Hasta tres... ¡No sea usted tentadora! Dejémoslo en las dos, y crea usted que es bastante. ¿Hay miedo, Leto? ¡Tendría que ver! Pues lo parece. Vea usted los delfines otra vez... Los puede usted alcanzar con la mano. ¿Serán capaces de pretenderlo, los muy sinvergüenzas?
La pasión brutal del banquero por la Amparo había crecido mucho en los últimos tiempos. Todavía fuera conservaba su razón; pero en cuanto ponía el pie en la casa de la hermosa malagueña, la perdía por completo, se transformaba en una bestia que aquélla hacía bailar a latigazos. Ni se crea que esto es enteramente figurado.
Por lo demás... yo estoy seguro... de que esto que tengo... se curaría... o por lo menos... se... se... con aguardiente.... Crea usted que muero por falta de líquidos... gaseosos... y sólidos.... Don Santos levantó un poco la cabeza y conoció al cura de la parroquia.
Ya sé que la crítica no es benévola conmigo, pero crea usted que los autores que maldicen del público y hablan de corregir sus gustos, es porque no poseen el arte de agradarle. El matrimonio había de marcar en la inspiración del autor de «Divorciémonos» un nuevo y felicísimo oriente.
Y en el acento de temor y de sorpresa del duque, que era siempre hinchado, doña Ana creyó oír el acento de un rey ofendido. ¡Ah! ¡perdón! ¡perdón, señor! exclamó no crea vuestra majestad... Era tan grave lo que sucedía, que el duque de Lerma perdió la serenidad y exclamó: ¿Cómo os he de decir que yo no soy el rey?
Aunque me he criado al lado de mi tío y en el Seminario, donde no he visto mujeres, no me crea Vd. tan ignorante ni tan pobre de imaginación que no acertase a representármelas en la mente todo lo bellas, todo lo seductoras que pueden ser. Mi imaginación, por el contrario, sobrepujaba a la realidad en todo eso.
No se crea por esto que eran íntimos amigos los aficionados a platicar después del coro. Acontecía allí lo que es ley general de los corrillos. Entre todos murmuraban de los ausentes, como si ellos no tuvieran defectos, estuvieran en el justo medio de todo y en la vida hubieran de separarse. Pero marchaba uno, y los demás le guardaban cierto respeto por algunos minutos.
¡Ay! significa un hecho, como pudiéramos decir una dolencia, el cual se deja ver en todos los círculos de esta especialísima sociedad. Significa que la imaginacion crea una fórmula exterior, graciosa, dramática, para apoderarse impunemente del espacio y hacer su negocio. Es cultura, se dice. ¡Cómo!
Palabra del Dia
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