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Actualizado: 6 de junio de 2025


Siento no poder pedirle que me deje sacar un croquis, pero esto sería poco correcto." Se quitó el sombrero y dijo muy respetuosamente: Veo, señorita, que usted también ha tenido la bondad de interesarse por ; reciba, por ello, mi más vivo agradecimiento.... Y con pena, pero comprendiendo que las conveniencias lo exigían, se alejó.

Las damas toman el ascensor, que las lleva hasta el primer piso. La condesa llama; se abre una puerta; un lacayo muy correcto introduce a estas damas en un salón y poco después aparece la señora Maschine. Es una mujer joven, alta, delgada y de una belleza soberana; luce un vestido de interior muy modesto, pero de una elegancia discreta. Presentaciones.

Y como si sus órdenes no pudieran admitir réplica, salió de la habitación. El apoderado protestaba. No: él no podía quedarse; había llegado de fuera aquella misma tarde, y su familia apenas le había visto. Además, tenía invitados a dos amigos. En cuanto a su matador, le parecía natural y correcto que no se marchase. Realmente, la invitación era para él.

Esta última palabra fue para la marquesa de Villasis un rayo de luz que le descifró el enigma: cruzó las manos con un gesto de ira, de sorpresa, de lástima profundísima, de compasión sin medida... ¡Luego era verdad, luego era cierto el chisme que varias veces había llegado hasta ella de que el noble Butrón, el leal caballero, el correcto diplomático, maltrataba con frecuencia a aquella esposa modelo, aquella ilustre señora, aquella débil anciana que sollozaba allí, ocultando la vergüenza de su marido en el fondo de su pecho, envuelta en su propia desdicha!...

Hoy que vienes en ocasión muy oportuna. Por lo tanto, siéntate y dime qué asunto es ese que hace que vengas tan serio, tan estirado y tan correcto.

Como nunca la emoción hacía descuidar a Huberto sus actitudes, tomó una después de otra las manos de las dos primas, las besó con respeto, y silencioso y correcto, franqueó la puerta y se alejó. ¡Buen viaje, señor Posturas! murmuró Diana cuando estuvo algo distante. Luego, bruscamente: Me adelanto, María Teresa, porque tengo que probarme un vestido antes de comer. Hasta luego.

Con la pequeña fábrica ú obrador las aglomeraciones de obreros son muy reducidas, el artículo trabajado es frecuentemente mas correcto y artístico, la moralidad gana, el artesano ú obrero tiene interes en la obra y trabaja en su propio hogar, y su bienestar es mayor y acaso menos expuesto á las crisis comerciales que afectan á las manufacturas en grande.

Experimentaba una decepción en vez de una alegría, como si se desilusionara al verlo bajo aquel aspecto de visitante correcto y dueño de mismo. Después de algunos instantes, consagrados a la señora Aubry, Martholl pasó a saludar a María Teresa; ésta, por un esfuerzo de voluntad, recobró su calma habitual, y el apretón de manos que se dieron, fue perfectamente trivial.

El Conde, hecho así muy amigo de don Braulio, hubo de acompañar algunas noches a las dos hermanas hasta la casa de ellas; y como doña Beatriz se la ofreció, él pudo visitarlas y las visitó del modo más correcto. Nada de esto hacía recelar a don Braulio.

Su carta era un relato mesurado y correcto, en el que la emoción, por viva que fuese, se contenía discretamente, no queriendo desordenar los pliegues de un estilo majestuoso. Empezaba explicando cómo su deber profesional le había decidido á defender á una espía.

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