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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Un coronel le dijo que aún podía disponer de unos minutos para escribir á su familia, á sus amigos, ó consignar su última voluntad... ¿A quién escribir? dijo Freya . No tengo ningún amigo en el mundo... «Entonces fué continuaba el abogado cuando tomó la pluma, como si la acometiese un recuerdo, y trazó unas cuantas líneas... Luego rompió el papel y vino hacia .

Interiormente, la otra voz parecía decir esto: "¡Qué mal lo estoy haciendo! ¡No me aplauden! ¿Qué debo decir ahora?... ¿Trataré éste punto?... No lo trato.... ¿Y aquella idea que antes me ocurrió?... ¡Se me ha escapado!..." Y al mismo tiempo no interrumpía su oración; continuaba defendiendo el club de Zaragoza, explanaba un sistema democrático, y hacía además una breve historia de la República.

Acomodose D. Francisco en un banco que a la mano tenía. Teodoro, Carlos y Sofía se habían sentado en sillas traídas de la casa, y la Nela continuaba en el banco de piedra. La leche que acababa de tomar le había dejado un bigotillo blanco en su labio superior. Pues decía, Sr.

Como carga preciosa que se arroja de la embarcación al mar en los apuros del naufragio, salían de la casa los mejores muebles, cuadros, alfombras riquísimas: las alhajas habían salido ya... Pero por más que se aligeraba el buque, la familia continuaba en peligro de zozobra y de sumergirse en los negros abismos sociales.

Allí se alzaba una vasta reja de hierro, que dividía el patio grande, de otro largo y estrecho, en que continuaba la calle de cipreses, pareciendo entrar en ella con paso majestuoso, y formando una guardia de honor al magnífico portal de la iglesia, que se hallaba en el fondo de este segundo y estrecho patio.

Sonó un hierro en la cerradura, que resistió un momento; luego se sintió correrse el fiador. La puerta se abrió. Cerróla de nuevo el sargento mayor, y entró en el aposento donde se encontraba Dorotea. La joven permanecía aún inmóvil en el lugar donde la había dejado el tío Manolillo, y continuaba llorando.

Nuestros semblantes se iban poniendo lívidos..... Una claridad fúnebre, que ya no era semejante á la de la luna, sino á la de la luz eléctrica, alumbraba fantásticamente la ciudad y las ruinas del Anfiteatro. Las nubes tomaban un color gris como el de la ceniza. El mar continuaba obscureciéndose.....

"No; por más que lo negase, él la consideraba como una vieja. En todo se estaba echando de ver. Si continuaba de este modo perdería con él la confianza". Sin embargo, Clementina estaba equivocada en este punto.

Un nombre infame silbaba en sus oidos pero se hacía la sorda y continuaba su camino. No obstante, cuando vió el convento, se detuvo y empezó á temblar. ¡Volvamos al barrio, volvamos! suplicó deteniendo á su compañera. Hermana Balî tuvo que cogerla del brazo y medio arrastrarla, tranquilizándola y hablándola de libros de frailes.

Y Perla, al oir esta exclamación, ó al percibir aquellos sollozos de angustia, volvía hacia su madre la viva y preciosa carita, sonreía dulcemente y continuaba su juego. Nos resta hablar de una peculiaridad de esta niñita.

Palabra del Dia

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