Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de septiembre de 2025


El dia que todo el mundo pueda ir á España fácilmente, y salir de allí, los caractéres se suavizarán, por el doble contagio de los nuevos espectáculos que el extranjero llevará al país y de lo que los Españoles verán en el extranjero.

dijo el cura pensativo sin ocuparse ya de los suspiros de la abuela, el individualismo es ahora una especie de contagio. Es la idea fija de muchas jóvenes... ¿Es un bien o un mal?... El porvenir lo dirá. Por el momento, se hace un pedestal a la mujer moderna sin pensar que, acaso, el individualismo llegará a ser sinónimo de egoísmo... No, señor cura respondió Genoveva con energía.

En cada línea que venía del odiado país, en que había caído el catolicismo, se temía encontrar el contagio pestífero de la herejía . Si damos fe al testimonio de Velázquez, en el año de 1754 no existía aún en español libro alguno inglés, y, por consiguiente, era mucho más difícil que su literatura tuviese en la de España influencia alguna.

»Hay tal revelación de recóndita onomatopeya entre este sujeto así plasmado en aquel ambiente todo nuestro, y el estado de su ánimo ante la metamorfosis que el alcohol por una parte, el contagio moral por otra y su indudable receptividad psíquica han producido en él, que al terminar uno la lectura del capítulo, se queda inconscientemente en una actitud análoga, con la vista clavada en un punto del espacio y una sonrisa de aplomo dibujándose en los labios.

Se le hablará dijo Maltrana con acento de resolución, sin el más leve asomo de risa . Se enterará de todo el buen rey, y escribirá la carta tan pronto como yo lo vea. Y como si temiese el contagio risueño de los ojos de Conchita, la cual fruncía los labios para conservar su gravedad, Isidro se despidió de doña Zobeida, repitiendo la promesa de presentarla al doctor después del almuerzo.

Y para vencer toda vacilación en el ánimo del acobardado mancebo, aquella mujer, alma de demonio encarnada en la figura de un ángel, dió un salto como la pantera que se lanza sobre su presa y estampó un beso de fuego en los labios de Fortunato. La fascinación fué completa. Ese beso llevó a la sangre y a la conciencia del joven el contagio del crimen.

Tanto número de Sectarios, como vemos en nuestros dias, tienen corrompida la imaginacion, y pasa el contagio á corromper el juicio. Imaginan una cosa, y esta hace tan hondas impresiones, que excita continuamente pasiones desmedidas. El juicio entonces dexa libremente llevarse de la fuerza de aquellas imaginaciones, y las tiene por verdaderas, y así ocasionan el error.

Entre las muchachas Jonnes, se inició una tosecita que contagió todo aquel lado de la mesa. Carlos Tomás, desde un extremo de aquélla, alzó la mirada con tierna expectación. Va a cantar un himno. Va a rezar. ¡Silencio! ¡que es un discurso! Estas voces dieron vuelta a la sala.

Estos mozos van a la hoguera. ¿No vio qué alborotado iba Celesto, don Andrés? Y al recordar la grotesca figura del seminarista rió con toda su alma. Andrés, por contagio, también se dejó arrastrar hacia la risa.

Triunfante, pues, de esta manera de todo el infierno, que contra él se había conjurado, se puso en camino á los nueve de Diciembre; y sabiendo que el contagio hacía por aquel tiempo gran riza en aquella gente, cada momento le parecía un siglo por llegar cuanto antes y poder remediar, ya que no los cuerpos, á lo menos las almas de aquellos miserables.

Palabra del Dia

cerrarles

Otros Mirando