United States or Mexico ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Vaya! ¡Pues medrados estaríamos si el tío Manolillo, el loco del rey, no conociese hasta las arañas del alcázar! Conozco á mi señora doña Clara desde que era así, tamañita. ¿Y qué se dice de esa dama en el alcázar? ¿Qué se ha de decir? La llaman la menina de nieve. ¿Por lo blanca? Bien pudieran; pero es por lo fría. ¡Fría, y tiene dos ojos que abrasan! Pues ahí veréis.

Si usted conociese la miseria de otros, comprendería á qué inmensa altura se halla sobre los demás. La devota bajó los ojos, y con gran melancolía y tierna voz dijo: ¿Y qué miseria hay mayor que la mía? Es usted demasiado buena. Todo el mundo sabe muy bien que usted es una santa, una verdadera santa. ¿Quiere usted que le haga una confesión? dijo Paula, mirándole como se mira á un confesor.

Micaela perdonó al «señor de Peña» esta transgresión de lo pactado, en gracia a su viaje y al regalo del ramo de naranjas; y desde aquel día, el enamorado, sin abusar de la tolerancia, continuó sus visitas. Juanito ya no sentía miedo al pensar lo que diría la mamá cuando conociese sus amores. Tenía el convencimiento de que ella lo sabía todo.

Las palabras de ella también alarmaban á Robledo. Nunca había estado en América, y sin embargo, una tarde, en un del Ritz, le habló de su paso por San Francisco de California, cuando era niña. Otras veces dejaba rodar aturdidamente en el curso de su conversación nombres de ciudades remotas ó de personajes de fama universal, como si los conociese mucho.

Nada seguramente. Nos casaríamos, y acto continuo nos iríamos a Jerez, para que conociese a sus amigas y a sus tíos. ¡Qué susto llevarían todos al verla del brazo de un caballero, y mucho más, cuando supieran que este caballero era su marido! Estaba tan linda, tan graciosa, que no pude menos de pedirle con vehemencia que me permitiese darla un beso. No fue posible.

Entonces érais paje del rey, y no había paje que no conociese á Verónica. ¿Pero estáis loco, Montiño? Ahora no se trata de pajes: es más... algo... más gordo. Ved allí por donde asoma el sargento mayor don Juan de Guzmán dijo Quevedo. ¡Oh! pues vámonos de aquí, porque si no no respondo de mismo. Y el cocinero se levantó.

Aún le faltaba ver mucho, pero acabaría por enterarse de todo: luengos días de navegación quedaban por delante. En cuanto a los pasajeros, pocos había que él no conociese. Luchaba en algunos con la falta de medios de expresión; ciertas mujeres sólo hablaban alemán, pero en fuerza de sonrisas y manoteos, él acabaría por hacerse comprender.

La señorita Guichard supo por los periódicos el éxito del pupilo de Fortunato y quiso ir á la exposición de pinturas. Fué sola temiendo venderse y que Herminia conociese su ira.

En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos, casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó grande que no le conociese.

Porque, ¿dónde se ha de sufrir que un caballero andante, tan famoso como vuestra merced, se vuelva loco, sin qué ni para qué, por una...? No me lo haga decir la señora, porque por Dios que despotrique y lo eche todo a doce, aunque nunca se venda. ¡Bonico soy yo para eso! ¡Mal me conoce! ¡Pues, a fe que si me conociese, que me ayunase!