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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Todo ha sido una broma. Confiesa, Isidro, que he sabido marearte, y olvida esas tonterías. Feliciana dijo el joven gravemente , no llores. Broma o realidad, bendigo tu valor que te ha permitido decirme tales cosas. Tienes razón: soy un tonto; pero orgulloso, nunca. El ciego ya ve; el distraído se fija.
El verdadero dogmático comienza por dar á la razon el cimiento de la naturaleza; emplea una razon que se conoce á sí misma, que confiesa la imposibilidad de probarlo todo, que no toma arbitrariamente el postulado que ha menester, sino que lo recibe de la naturaleza misma. Así la razon no confunde al dogmático que guiado por ella busca el fundamento que la puede asegurar.
Sí: lo digo con la entereza del que ya ha desistido de caminar por el escabroso sendero de la literatura, y confiesa todos sus yerros y ridiculeces.
Anastasio, convertido al cristianismo por su esclavo Zacarías, y después de sufrir de Cosroes todo linaje de oprobios y torturas á causa de su nueva religión, que confiesa públicamente, es puesto en libertad, ocupando de nuevo Zacarías su silla episcopal en Jerusalén.
Señorito, la señorita Marcelina, ahí donde usted la ve, se confiesa y comulga tan a menudo, y es tan religiosa, que edifica a la gente. Quedóse don Pedro reflexionando algún rato, y aseguró después que le agradaba mucho, mucho, la religiosidad en las mujeres; que la conceptuaba indispensable para que fuesen «buenas». Con que beatita, ¿eh? añadió . Ya tengo por dónde hacerla rabiar.
8 El que aumenta sus riquezas con usura y recambio, para que se dé a los pobres las allega. 13 El que encubre sus pecados, no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia. 17 El hombre que hace violencia con sangre de persona, huirá hasta el sepulcro, y nadie le sustentará. 18 El que camina en integridad, será salvo; mas el de perversos caminos caerá en alguno.
¡Basta ya! exclamó Fray Diego. Lejos de defenderse el culpado confiesa y agrava su falta con sus livianas palabras. Sólo me resta imponerle el condigno castigo. Al decir esto dejó el abad su asiento y todos los monjes le imitaron, dirigiendo temerosas miradas al irritado semblante de su superior.
¡Ya lo creo!... No sólo porque en ella se goza de un espectáculo mil veces más hermoso que desde esta ventanilla, sino porque habría conversado con el maquinista, en grande. ¡Yo no me explico, che, Lorenzo, estos gustos de Melchor!... ¡estas excentricidades!... ¡Conversar con el maquinista!... Asómbrate cuanto quieras; pero confiesa que sin motivo fundado.
Confiesa él mismo que improvisó la redacción, y que durante los meses de mayo y junio fué publicando sus entregas El Progreso, a medida que Sarmiento las escribía. El fondo del relato biográfico lo constituían sus propios recuerdos y el testimonio de la tradición oral, recogida en cartas y conversaciones de los proscriptos más ancianos.
Es un criado de la corte que le confiesa haberlo robado por orden de una señora, que le ama; Don Gabriel pregunta quién es ella, y le contesta que una de las tres Princesas.
Palabra del Dia
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