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Actualizado: 1 de junio de 2025


Joven: las condiciones del combate habían sido establecidas de antemano por las personas serias allá presentes. Se cambiarían dos balas nada más. Pero en cada revólver no hay más que una protestó el señorito mestizo. Joven volvió a decir Maltrana con una condescendencia protectora : cambiar dos balas significa que cada combatiente sólo dispara una.

Han procedido de aquí muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la protección triunfante que se les otorga y la condescendencia con que España la acepta y paga, desdeñan á España y reciben alicientes y estímulos para rebelarse contra ella.

Paco Gómez jugaba con una condescendencia displicente, como hombre que se adelantaba mucho a su época, cometiendo mil torpezas y desaciertos que demostraban la distracción que caracteriza a los seres superiores. En cambio, Núñez tenía puestos los cinco sentidos. No se vio jamás hombre más erudito en aquellas materias ni que las tratase con más profundidad.

Llamábale todo este mundo el tío Frasquito, porque el buen tono así lo había decretado, y él aceptaba complacido el parentesco de todos aquellos cuya sangre azul empalmaba realmente, siglo antes o siglo después, con la suya preclarísima; a los demás, sin rechazar tampoco lo apócrifo del parentesco, colocábalos con cierta protectora condescendencia en la categoría de sobrinos espurios.

Ahora le toca saber que Pepe Castro se dejaba admirar lleno de condescendencia, y que de vez en cuando se dignaba iniciarle en algunos inefables secretos referentes a sus altas concepciones sobre las yeguas inglesas y las boquillas de ámbar.

A veces, cuando el matrimonio joven venía de paseo y entraba en el gabinete donde estaban la señora y su hija Presentación, aquélla les interrogaba con cierta condescendencia irónica: ¿Qué tal, hijos míos, habéis paseado muy largo? ¿Hasta dónde habéis llegado? ¿Os habéis divertido? El tiempo está muy hermoso. Hacéis bien en no desperdiciar tardes tan deliciosas.

Aquella condescendencia, de la que en realidad era Liette quien hacía todo el gasto, hubiera hecho sonreír sin la absoluta necesidad de la supuesta abnegación maternal. Habían llegado el día antes y habían pasado la noche como pudieron en medio de una aglomeración de muebles y paquetes que recordaba los antiguos cambios de guarnición.

Sobre el apelmazado suelo de un corral, entre un cascarón de huevo y una hoja de rábano, cerca del medio plato donde bebían los pollos y como á dos pulgadas del jaramago que se había nacido en aquel sitio sin pedir permiso á nadie, yacía una pequeña y ligerísima pluma, caída al parecer del cuello de cierta paloma vecina, que diez minutos antes se había dejado acariciar ¡oh femenil condescendencia! por un D. Juan que hacía estragos en los tejados de aquellos contornos.

Aunque conociera bien al que servía; aunque poseyera el secreto de sus pasiones, de su terrible disimulo, de la suspicacia de su poder, por la que la confianza había de ser instable; aunque supiera que Felipe II había matado al Cardenal Espinosa con una palabra, que alejó al Duque de Alba por la rigidez, que sólo por consumada habilidad y condescendencia se mantuvo á su lado Ruy Gómez hasta el fin, se atrevió á engañarle y se perdió.

El corazon del viajero está dulcemente conmovido: el silencio interrumpido tan solo por el canto de los salmos; la muchedumbre de objetos religiosos que inspiran recogimiento y piedad, unidos á las estimables cualidades y á la bondad y condescendencia del anciano cenobita, inspiran al corazon del viajero sentimientos de religion, de admiracion y gratitud, que señorean vivamente su alma.

Palabra del Dia

rigoleto

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