Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


No; si yo lo conservo por ocuparme en algo y porque es de porvenir; pero no sería justo que la condenase a Clota a este aislamiento... ¿Por ? Si yo me dejase llevar de mi tendencia no me movía más de aquí. ¡Te parece!... al mes saldrías volando para la ciudad... Nosotros no hemos nacido para la vida embrutecedora del campo... para esta soledad... este aislamiento...

Y el viejo que tenía en frente al cochero de la estancia levantaba en alto un jarro de lata tomado por los bordes con las puntas de los dedos vueltos hacia abajo. ¡Por la niña Clota!...

¡Y aunque sea! Yo soy capaz de dar la vuelta al mundo por no encontrarme con Anastasio. Qué, ¿le tiene tanto miedo? Miedo, no, Baldomero; ¿pero a qué comprometerme? ¡Cuando ya estás comprometido con la «Pampita»! dijo Melchor, sonriendo. ¡Dale con la «Pampita»...! casi estoy por creer que te acuerdas más de ella que de Clota...

Rufino entregó a Lorenzo algunas cosas diciéndole: Esto le manda la señora, niño, y esta carta y dirigiéndose a Melchor agregó: Estas cosas le mandan de su casa, don Melchor, y estas cartas que me dieron y a más... espérese, don Melchor, aquí le traigo... pero, ¿dónde lo he puesto? repetía buscando en los bolsillos interiores afanosamente, ¡ah!... aquí está... esto que le mandaba la niña Clota...

«Suspendo aquí porque en este momento entra Clota con la señora que vienen a comer con nosotros. Recibe muchos abrazos muy fuertes de tu madre. »P. S. Rufino te manda muchos recuerdos

...«¿Por qué te has llevado mi pensamiento?»... leía y releía Melchor en el telegrama de Clota, que había sacado del bolsillo para contemplarlo de nuevo como un diploma de felicidad, pensando: ...¡Qué misterioso intercambio de ideas, de anhelos, de aspiraciones coincidentes, en esta suprema armonía de afecto que nos une!... ¡Cómo ha sabido encontrar Clota la mejor forma de decir lo que yo también pensaba... «te has llevado mi pensamiento»! ¡De qué manera se habrá sentido, acompañándome con la imaginación, que ha producido esta fórmula tan sencilla, tan exacta, tan delicada, tan honda!... «te has llevado mi pensamiento»... ¿Si ocurrirá así?... porque desde que me he separado de ella siento en mi cerebro, en mi corazón, en mi espíritu, ¡qué yo! algo como una voz íntima que me dice: «Clota... soy Clota... ¿ves? estoy contigo... contigo para siempre... ¡para siempre!...»

Yo también voy a tomar para festejar la venida de ustedes. ¿Vas a tomar coñac, Melchor? le dijo Lorenzo con visible extrañeza. ¡Qué me va a hacer!... ¡una copita a la salud de ustedes... y de Clota!... ¡agua... ché... me he abrasado!... ¡Para qué tomaste! Bueno, don Melchor, yo voy a retirarme; ¿le digo entonces a Hipólito que ate? , que ate, y que me ensillen el zaino.

¡Ah! ¿Y si no fuera mentira? Pero espérate, ¡caramba! ¡déjame hablar! ¿De qué?... ¡De otra Clota más constante! dijo Melchor riendo, y agregó: el mundo está lleno de Clotas, ché Ricardo; convéncete. Eso lo dices ahora.

Melchor lo comprendió y cuando se disponía a insinuarse en el lenguaje agresivo y mudo de una pasión fingida llamó su atención, y la de todos, el viejo Montero, que alzándose a la distancia le gritó: ¡Don Melchor!... y no lo tome a mal: a la «salú» de su futura, la niña Clota, que nos dice Hipólito...

¡Vamos, Melchor... déjate de cavilaciones infundadas! Clota es una muchacha excelente y te ha demostrado una consecuencia que parece que no quisieras reconocer. , Melchor, Lorenzo tiene razón, no debes quedarte. ¡ también!... ¡Hombre!... ¡No faltaba más!... Por poco voy a tener que pedirles permiso a ustedes para fumar un cigarrillo.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando