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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Esto decía, cuando se vino corriendo hacia ellos una muchacha, una niña, una chicuela, de ligerísimos pies y menguada estatura. Nela, Nela dijo el ciego . ¿Me traes el abrigo? Aquí está repuso la muchacha poniéndole un capote sobre los hombros. ¿
Vuestra sociedad excusa, glorifica esta debilidad, este egoísmo. Al amante que para evitarse a sí mismo un dolor, para asegurarse la posesión del placer mata a su rival, se le perdona; se va hasta juzgar hermoso, grande, admirable ese amor ciego y leal. En cambio, se condena el amor que a nosotros nos guía, nuestro sacrificio consciente, la obra de salvación a que nos dedicamos.
Iba á contestar, cuando el maligno Canciller tomó una paja larga y fina, sacada al parecer de una costilla de labores, y mojando la punta en saliva se la metió por una oreja á Pacorrito con tanta presteza, que éste no se enteró de la grosera familiaridad hasta que hubo experimentado la sacudida nerviosa que tales chanzas ocasionan. Ciego de furor, echó mano al cinto y blandió la plegadera.
La nieve caía con la misma constancia, puede decirse con el mismo encarnizamiento. Las piernas le temblaban al pobre ciego lo mismo que el día primero en que salió a cantar; pero esta vez no era de vergüenza, sino de hambre.
Así se hizo: salió Benina, y llevó al poco rato un décimo del 4.844, el cual, visto por los otros, y oído cantar por el ciego, produjo en toda la cuadrilla lotérica la mayor confusión y desconcierto, como si por arte misterioso la suerte se hubiera pasado del uno al otro número.
9 Pero el que no tiene estas cosas, es ciego, y anda tentando el camino con la mano, habiendo olvidado de la purgación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
Sin inteligencia no concibo nada; todo se me presenta ciego; si se me habla de un ser absoluto que se halla en el orígen de todas las cosas, me parece ver el caos antiguo, que en vano intento esclarecer.
PROCLO. Ocultos en esa nube tienes ya, a tus órdenes y para tu servicio, en reemplazo de Eumorfo y de Crematurgo, al flechero Apolo, al más elegante y bonito de los dioses, y al hijo de Jasión y de Céres, al ciego Pluto, dispensador de las riquezas. ¿Quieres que salgan con séquitos de musas, gracias, ninfas, y genios, o que salgan solos? ASCLEPIGENIA. Que salgan solos.
El ciego seducido se apresta á obedecerla, pero la Razón se echa á sus pies para impedirle que toque á la fruta prohibida; el hombre, entonces, llama á su socorro á la Voluntad, y, desoyendo los avisos de los elementos, lanza á la Razón en un precipicio.
Y don Guillén quedó con ojos vacantes, como dicen los ingleses, tan expresivamente; con ojos vacíos, ciego para las cosas ambientes, y acaso enfilando una perspectiva interior y remota de recuerdos inmóviles.
Palabra del Dia
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