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Actualizado: 15 de noviembre de 2025
Ninguna arma de fuego traspasaría su cuerpo. A su presencia, huiría el elefante, el tigre se encaramaría á los árboles, y el rinoceronte, á pesar de lo consistente de su piel, no estaría en salvo. La esbelta elegancia del hombre, su forma longitudinal, dividida en tres partes con cuatro grandes apéndices, divergentes, alejados del centro, lo convierten, por más que se diga, en un ser muy débil.
Y aunque de cierto sé que ésta no es vía Para arribar al centro que aspiramos, Sino que á un mal despeñadero guía; Pero, amigas, amemos y vivamos, Mientras la edad por mozas nos declara, Que después querrá el cielo que seamos Lo mismo que ayer fué la Baltasara. Con esto dió Menguilla fin al garlo, Y la Maufla quedó tan aturdida Como alegre y gozosa de escucharlo.
«Y a ti, Isidora, ¿qué te parecen estas maravillas? prosiguió Augusto, cuando pasaban a otra sala . Probablemente no te llamarán mucho la atención, porque vienes del centro mismo de la elegancia y del lujo, de aquel París... Mira, mira estos retratos de caballeros y señoras de los siglos XVI y XVII... ¡Qué nobles fisonomías!
El otro tiene genio. Al primero todo se lo da el hombre. Al segundo, se lo da Dios. La compañía de Rothschild es un centro inmenso de accion. Salamanca es su accion misma. Rothschild es una casa, una sociedad. Salamanca es él. Rothschild envia á las Californias buques llenos de plata, y se los traen llenos de oro.
Debajo de esta araña había una gran mesa cubierta con un mantel, y sobre el mantel una numerosa variedad de manjares servidos en vajilla de plata; en el centro estaban los postres de dulces, conservas y frutas de la estación, y en medio de estos postres un plato de confituras coronado por una enorme pera, puesta sobre una hoja de parra artificial, y adornada con un lazo rojo y negro.
En aquella hora final, cuando creía que pronto iba á arrojar para siempre la letra candente, se había ésta convertido singularmente en centro de la mayor atención y curiosidad, abrasándole el seno más dolorosamente que en ningún tiempo desde el primer día que la llevó.
En su centro lucía una taza de mármol también, donde caía el agua clara de un copioso y alto surtidor.
Regresó el ingeniero al centro de la ciudad para comer en un restorán, y tres veces llamó por teléfono á la casa de Torrebianca. Cerca ya de media noche le contestaron que el señor acababa de entrar, y Robledo se apresuró á volver á la avenida Henri Martin. Encontró á Federico en su biblioteca considerablemente avejentado, como si las últimas horas hubiesen valido para él años enteros.
Este fué sin duda el pensamiento que animó al digno obispo D. Alonso Manrique al proponer al cabildo la construccion de un nuevo coro con su capilla mayor y crucero en el centro mismo de la mezquita.
En sus últimos años renunció Bretón á los obstáculos insuperables de las unidades, guardadas en sus primeros dramas, y, sin embargo, nunca incurrió en las licencias de los románticos; la comedia ática fué siempre el centro de su actividad, produciendo cada año de su vida obras superiores de esta clase, cuyos atractivos y cuya gracia nunca serán bastante alabadas.
Palabra del Dia
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