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Actualizado: 13 de junio de 2025
Barcelona tiene ademas hermosos paseos, algunos jardines públicos, un colegio-hospicio de sordo-mudos, y una multitud de establecimientos de enseñanza y beneficencia, de muy variados objetos, que le hacen alto honor á la capital de Cataluña. Como edificio histórico y curioso, es de citarse el antiguo palacio de los reyes de Aragon.
Por la noche subí á bordo del vapor «Cataluña». Al irme á acostar, hallé en la tarima superior de mi camarote un bulto con barbas rojas y cabellera crespa y rubia, que roncaba con la franqueza de un ciudadano libre. ¡Era mi Inglés!... Pero aquello era ya un progreso: el hombre renunciaba á su silencio absoluto, puesto que roncaba.
De cuando en cuando, así que las apuestas estaban hechas, decía en voz alta, con el acento rudo que le caracterizaba: «Juego, caballeros.» Después de la sorpresa acudió a mí cierta irritación, no exenta de risa. ¿Este era el hombre que todos los días nos mareaba con el trabajo de Cataluña y mostraba tal desprecio al resto de los españoles? «Pues no te escapas sin verme», dije para mí, y a fuerza de trabajar con los codos logré ponerme en primera fila.
Murieron ambos Reyes competidores en la mayor furia y rigor de la guerra, y por derecho de sucesion heredó á Cárlos Rey de Nápoles, su hijo primogénito del mismo nombre, que en este tiempo se hallaba preso en Cataluña. A Don Pedro Rey de Aragon sucedieron sus dos hijos, Alfonso mayor en los Reinos de España, Jaime en el de Sicilia.
Tablas era la honda; pero distaba mucho de ser la mano. Pues, sí señores añadió López . ¡Yo mismo les he llevado ayer un saco con media fanega de veneno! ¡Media fanega de veneno! ¿Y tú se lo has llevado? Sí, porque no sabía lo que era. No es la primera vez que esos malvados reciben remesas de veneno. El saco que les llevé ayer vino de Cataluña para ese.... No le quiero nombrar.
Inútilmente acudían á su memoria fragmentos de conversación entre su padrino y su padre, según los cuales todo era conocido en la superficie de la tierra. Algo, sin embargo, quedaría por descubrir. El era el punto de encuentro de dos líneas de marinos. Los hermanos de su madre tenían barcos en la costa de Cataluña.
Deseoso de libertar á sus dos hijos de la servidumbre marina que pesaba largos siglos sobre la familia, los había enviado á la Universidad de Valencia para que fuesen señores de tierra adentro. El mayor, Esteban, apenas terminada su carrera, obtenía una notaría en Cataluña.
Berenguer desesperado de poder alcanzar la recompensa, se fué al rey de Francia, y al Papa á tentar segunda vez que diesen ayuda á los catalanes de Thracia, proponiendo lo mismo que los tres embajadores propusieron; pero ni el rey, ni el Papa, quisieron darsele, y él se hubo de volver á Cataluña, donde vendió parte de su hacienda, y juntó quinientos hombres, todos gente conocida y plática, y embarcado en un grueso navío, dejó la quietud de su casa para acudir á los amigos que tenia en Galípoli.
La modestia es compañera inseparable del verdadero mérito dijo la dama trayendo a los labios con no poco trabajo, desde el fondo de su alma seca una gota de fiambre dulzura . Quizás me equivoque, ¿pero no es usted D. José O'Donnell? No soy O'Donnell. ¿No es usted comisionado de la Regencia secreta que se ha formado en Cataluña, presidida por el prepósito de los Jesuitas?
Todos le querían: los capitanes vascos, sobrios en palabras, rudos y de tuteo confianzudo; los capitanes asturianos y gallegos, enamoradizos y derrochadores, que desmienten con su carácter la avaricia y la tristeza de tierra adentro; los capitanes andaluces, que parecen llevar en su gracioso lenguaje un reflejo de la blanca Cádiz y sus vinos luminosos; los capitanes valencianos, que hablan de política en el puente, imaginando lo que podrá ser la marina de la futura República; los capitanes de Cataluña y de Mallorca, conocedores de los negocios tan á fondo como sus armadores.
Palabra del Dia
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