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Pero como durante los luengos siglos de tiranía varonil todos los cargos y todas las funciones dignas de respeto habían sido designadas masculinamente, la Verdadera Revolución creyó necesario después de su victoria conservar las antiguas denominaciones gramaticales, cambiando únicamente el sexo á que se aplicaban.

Esta accion que en los Griegos se condena por muy infame y vil, fué la más digna de alabanza que este gran caballero hizo en el Oriente, porque ni las honras ni los cargos no le pudieron apartar de lo justo; ejemplo grande para los que quieren introducirse con daño del bien público, y reputacion de la patria, como á muchos acontece, que olvidados de lo que deben á su sangre y á su naturaleza, la dejan maltratar por pequeños intereses, que las más veces de las veces de ellos no les queda sino solo la infamia por premio de su ruindad.

Apesar de tantos cargos, D. Custodio no era de los que se dormían en las sesiones contentándose, como los diputados tímidos y perezosos, con votar con la mayoría.

Cabildo en la eleccion de la Junta se habia excedido de sus facultades, y teniendo noticia cierta de que todos los Señores Vocales habian hecho renuncia de sus respectivos cargos, habia el pueblo reasumido la autoridad que depositó en el Exmo.

10.o Que para animar á buenos letrados á que soliciten tales cargos, justificando desde luego el gobierno de S. M. el deseo de remunerar tan dignamente cual corresponde los importantes servicios que esta clase de jueces iban á prestar, y resolverlos á emprender tan largo viaje para pais tan hermoso como remoto, declare un monte pio proporcionado al sueldo que se les señale, para que en el caso de perecer en el viaje ó á poco de su llegada, no queden en el abandono y desamparo sus mujeres é hijos; único medio de dar estímulo para que tan útil reforma se plantee cuanto antes, y se establezca, como sucederia bajo tan segura garantía.

»Todo esto leí; de todo esto me enteré, gastando en ello todas las fuerzas de mi voluntad. Pero era preciso hablar, responder de algún modo a aquellos cargos terribles; y para esta empresa ya no tuve alientos. Luz, entretanto, continuaba pidiéndome una respuesta con los ojos. ¡No los apartaba de ! Estaba trémula, convulsa, la desdichada.

La tercera suerte es de aquellos que viven en sus monasterios, ahora sean sacerdotes, legos ó donados; los cuales no habiendo llegado á hacer su profesion pueden ser echados al beneplácito del padre general, pero ellos no se pueden salir. Estos como no tienen oficios, ni cargos de consideracion, de ordinario obedecen simplemente aquello que les mandan sus superiores.

Mas al terminar esta, encontróselo repetidas veces entre los frecuentes apretones del baile, rozándolo siempre con intención muy marcada y sacudiéndole en dos ocasiones. ¡Unos codazos decía la víctima en su capítulo de cargos horrorrosos..., horrorrosos!... Ni más ni menos que si pretendiese averriguarr si sonaba yo a hueco...

Lo segundo, que los Señores que forman la precedente corporacion, comparescan sin pérdida de momentos en esta Sala Capitular, á prestar el juramento de usar bien y fielmente sus cargos, conservar la integridad de esta parte de los dominios de América á Nuestro Amado Soberano el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores, y observar puntualmente las leyes del reino.

Pero la Majestad ofendida del Príncipe natural, aunque remita el castigo, queda siempre viva en el ánimo la memoria de la ofensa; y aunque no fuera bastante para hacerles agravios, por lo menos impidiera el no servirse de ellos en los cargos supremos: cosa indigna de lo que merecían sus servicios, nobleza y cargos administrados en paz y guerra.