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Actualizado: 24 de mayo de 2025
Ese mismo Almanzor, cuya imaginacion embargaban sin cesar sus espediciones militares, apenas sabia guardar para otra que para tí los laureles que recogia entre la polvareda del combate: te acariciaba al volver de sus audaces correrías como un cazador á su perro de caza, como un soldado á su corcel de guerra. Córdoba, Córdoba, ¿cómo no se cerraron entonces tus heridas?
Rabí fué el que trajo de Constantinopla á Córdoba las hermosas fuentes adornadas de bajo-relieves que puso An-nasír en Azzahra: Rabí fué el enviado á la corte del emperador Oton con grandes regalos para este monarca.
Espejo debe a su señor Payo Arias un castillo adornado de vistosos torreones, hoy propiedad de los duques de Medinaceli; Fernan-Nuñez ostenta dos grandes timbres: haber prestado asilo en su antiguo castillo á los mozárabes fugitivos en los dias de persecucion y martirio, y ser el primitivo solar de la gran casa de CÓRDOBA por la donacion que hizo el santo rey á su primer señor Fernan-Nuñez de Temez.
En esta memorable jornada, la mas brillante de las que tuvieron lugar en la América del Sud, junto al jefe que la alcanzó se distinguieron heróicamente José Maria Córdoba, el inglés Miller y el general Lamar.
El mariscal de Castilla D. Diego Fernandez de Córdoba, señor de Baena, lo obtuvo, con la villa erigida en condado, del rey D. Enrique IV, y de su casa pasó á la de Sesa, y despues á la de Altamira, cuyo primogénito lleva el título de conde de Cabra.
No: más vale que devore en silencio mis penas y les hable de otros asuntos, que así alcanzaré la doble ventaja de proporcionarles útil entretenimiento, y de calmar mis pesares, adormeciéndoles con el beleño de patriótico entusiasmo. En Córdoba reinaba gran impaciencia por la tardanza del ejército de Castaños.
El triunfo es un monumento erigido en honor de S. Rafael por el obispo D. Baltasar de Yusta y Navarro. Hay en favor de esta opinion, en esta misma pieza, una inscripcion árabe que tradujo el embajador de Marruecos cidi Hamet Elgacel cuando pasó el año 1766 por Córdoba.
Ni una mirada para ese espectáculo brillante y ruidoso, ni una sonrisa para ese murmullo de admiración que la sigue, para los homenajes que la rinde la más alta nobleza de Sevilla y de Córdoba. Nada puede distraerla de sus santos pensamientos. Huérfana, rica, se entrega a Dios, y en su representación a la superiora de Santa María.
Aquel asolado campo con su ruinoso castillo pasa, no sabemos cuándo, del patrimonio real al patrimonio municipal: llega el año 1405, viene á Córdoba un venerable religioso gerónimo á solicitar la fundacion de un convento de ermitaños en la sierra, y la noble viuda de D. Diego Fernandez de Córdoba, alcaide de los donceles, le cede para este piadoso objeto una huerta que poseía contigua á Córdoba la vieja: la ciudad le dá para el mismo fin en 1408 las ruinas del castillo de Córdoba la vieja, ya propiedad suya.
En el prólogo de un antiquisimo códice de las Tablas Alfonsinas se leen estas curiosisimas palabras: «Mandó el Rei se juntasen Aben Rajel i Alquibicio, sus maestros de Toledo: Aben Musio i Mahomat de Sevilla, i Josef Aben Ali i Jacobo Abvena de Córdoba i otros mas de cincuenta que trajo de Gascuña i de París, con grandes salarios, i mandóles traducir el Quadripartito de Ptolomeo, i juntar libros de Mentesam i Algazel.
Palabra del Dia
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