Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de mayo de 2025
De aquí pasó de un salto a los rumores públicos, a las bromas que a ella la daban amigos y conocidos, y a lo equivocados que andaban unos y otros en el supuesto. Fue largo el disparo y terminó de este modo: Lo que yo les digo: eso a los comparientes de Peleches, si acaso.
Hacia la una o las dos de la madrugada solían llegar algunos hombres y mujeres que el doctor conocía; en Babilonia había tenido ocasión de conocer a casi toda la ciudad. La alegre comparsa ocupaba en seguida un gabinete particular e invitaba al doctor Chevirev. Se le acogía siempre con gritos alegres y bromas; algunos, que se consideraban sus amigos, le abrazaban.
¡Toma!... ¿Y tú no me dijiste que irías también y que querías ser paleta? Sí; pero fue porque me pensé que era conversación. ¡Encerrarme yo en un pueblo! ¡Qué talento tienes! De tal modo se demudó el rostro del joven, que Fortunata, que ya empezaba a decir algunas bromas sobre aquel asunto, se recogió en sí.
Su Excelencia quiso cortar el giro de la conversacion y soltando las cartas que había estado peinando dijo entre serio y risueño: ¡Vaya, vaya! basta de bromas y juegos; trabajemos, trabajemos de firme que aun tenemos media hora antes del almuerzo. ¿Hay muchos asuntos que despachar? Todos prestaron atencion.
Iguales bromas se permitía el Don Quijote que vegetaba en la obscuridad, midiendo telas en Las Tres Rosas.
Cuando alguna vez salía, andaba receloso y huido. Los amores de su hija se fueron haciendo más formales y cada vez más públicos. Temía las bromas. El miedo le hizo claudicar, adoptando un proceder doble y falso, indigno por completo de su carácter y antecedentes.
¡Bah!... Mira, esas bromas son impertinentes. ¿Con que fuera de cuenta? Pues nada, no se te conoce. Porque lo disimulo. Sí; para disimular estás tú. Lo que harías tú, con las ganas que tienes de chiquillos, sería salir para que todo el mundo te viera con tu bombo, y mandar a Rossini con un suelto a La Correspondencia. Pues te digo que ya no hay día seguro.
Todo llama la atencion, todo ocasiona bromas y comentarios.
Paca, como de costumbre, hizo remilgos. «Ya no estaba para tales bromas; se le había acabado el humor; parecía mal que una mujer casada... Además, no se hallaba bien de voz.» Pero, como de costumbre también, terminó por coger la guitarra y echar al aire su voz dulce y potente de contralto. La alegría se apoderó de todas las cabezas.
No podía remediarlo.... La emoción de entrar en los salones en día solemne era para él semejante a la de echarse al agua. Y en efecto, cualquier observador hubiera dicho que aquel hombre creía estar en aquel umbral a la orilla del Océano. Contestaba Saturno con sonrisas muy corteses a las bromas de los envidiosos sin frac que le decían: ¡Vamos, hombre, láncese usted... valor!
Palabra del Dia
Otros Mirando