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Actualizado: 1 de junio de 2025
Las botellas y los vasos descansaban sobre el poyo de piedra que rodeaba el nacimiento de la parra. Por supuesto á algún negocio lucrativo, ¿eh? ¡Desgraciado el paisano que caiga en poder de tal lupus rapax! ¡Oh! ¡oh! ¡oh! ¡Qué mala idea tiene usted de nosotros, D. Félix!... No soy lupus, sino agnus Dei...
El maestro Águila, después de toser varias veces, comenzó un rasgueo, interrumpido de vez en cuando por las escalas gimeantes de la cuerda prima. Uno de los esbirros de don Luis destapó botellas y ordenó las filas de cañas, ofreciendo estos tubos de cristal, llenos de líquido dorado con una corona de burbujas. Las mujeres, atraídas por la guitarra, llegaron corriendo de la cocina.
Todos sabíamos lo que aquello significaba y que estábamos amenazados de una gran calamidad; y en efecto, trece días después desapareció de la puerta de mi tienda un soberbio cuarto de venado y mis escuderos descubrieron que se habían agriado seis botellas de vino bearnés que llevaba para mi mesa....
Después mandó traer a tierra un centenar de botellas vacías, que hizo reducir a cascos, los cuales esparció alrededor de los toldos de trépang. Aquellas puntas agudas y cortantes eran un serio obstáculo para los pies desnudos de los antropófagos.
Todo lo que he conseguido, es que la propuesta sea incluída en las sesiones de prórroga. Pero entonces el diputado aquel... Se ha dado vuelta en el último momento. Haber doblado la propina, haberla triplicado exclamó Rocchio con impaciencia. Inútil habría sido; usted cree que todo es soplar y hacer botellas.
No dijo Maltrana después de alguna vacilación . Las cosas se desarrollaron en el fumadero en santa paz. Muchas botellas destapadas, mucho canto. Las damas encontraron duros los asientos y al final fumaban con la cabeza apoyada en un señor y los pies en otro... ¡Orden completo! El mayordomo se asomaba a la puerta para sonreír como un maestro satisfecho de sus chicos.
No nos comía la prisa y jicimos noche en la villa de San Vicente, que al otro día abrió puertas y ventanas para vernos salir... Mira, hombre, poco más de un mes antes había salido de España, a tiro limpio, el último ladrón de los de Pepe Botellas... Cabalmente. Pues bueno: paramos poco en la ciudad, porque no nos gustó aquello.
Como el viaje se había hecho sin riesgo, lo volvimos a repetir, y llenamos todas las botellas y depósitos que encontramos. El aljibe de proa debía quedar también muy mermado. En uno de los viajes, Burni, señalando con el cañón del rifle, nos dijo: Mirad, mirad allá. Nos quedamos sorprendidos.
Los guitarristas colocaban sus posaderas en cráneos de caballo; una parte del público se dejaba caer en el suelo al sentir cansancio, y al mismo tiempo, en la anaquelería, detrás del mostrador, se renovaban todas las semanas las filas de botellas de champaña. Cuando los jornaleros cobraban su quincena, el Gallego tenía que atender á las más disparatadas orgías.
Hasta hace dos meses no me atreví á decirle que la quería sino con los ojos; ya lo habrán ustedes notado. El viernes pasado me dió un rizo de pelo. Pensé que me volvía loco de alegría... Fué la tarde en que les pagué á ustedes la merienda y unas cuantas botellas de amontillado... ¡Mentira! ¡mentira! gritaron todos á un tiempo. ¡No has pagado nada!
Palabra del Dia
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