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Actualizado: 25 de junio de 2025


9 Y pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, porque ya era pasado el ayuno, Pablo amonestaba, 10 diciendo: Varones, veo que con trabajo y mucho daño, no sólo de la cargazón y de la nave, mas aun de nuestras personas, habrá de ser la navegación. 11 Pero el centurión creía más al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.

24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno, y mi carne desfallecida por falta de gordura. 26 Ayúdame, SE

Decíase además que no conocía los PP. de la Iglesia, dogmáticos ni apologistas; que estaba ayuno de Biblia Sacra y expositores, y que sólo sabía un poco de moral y el suficiente latín para leer el oficio de la misa y las horas canónicas.

8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad con Nabot. 9 Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot a la cabecera del pueblo; 10 y poned dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él, y digan: has blasfemado a Dios y al rey.

Algunos buscan á sus nervios un acicate en el ayuno; otros procuran irritarse momentáneamente, artificialmente, para no sentir el «miedo al público». Talma, por ejemplo, antes de salir á escena, arremetía á su criado, le abofeteaba, le insultaba: ¡Traidor... miserable... ponte de rodillas!... Esto le permitía autosugestionarse mejor; después se iba.

Y como el castigado hiciese ademán de responder presentando alguna excusa, añadió el P. Prior: Sean cuarenta los días de reclusión y ayuno. Y hora tras hora se cumplió íntegra la sentencia; y como un hermano llevase á hurtadillas al castigado algo más sustancioso que pan y agua, el P. Prior, que era un Argos, lo supo y le recetó otro mes de igual penitencia.

En esta combinacion de leyes, que son los principios por donde se ha de resolver la qüestion, es preciso atender á las mas urgentes y necesarias por la máxîma primitiva de acudir á lo mas preciso sin despreciar lo demas quando hay lugar; y siendo mas necesaria la conservacion propia, y la del feto, que la mortificacion que se intenta con el ayuno, prefiere el entendimiento las leyes naturales á las Eclesiásticas, y resuelve que la muger preñada no está obligada al ayuno.

Cogían, pues, y cogen al presente su breviario debajo del brazo, y con una cruz en la mano se ponían y ponen en camino sin otra prevención ó mataloje que la esperanza en la Providencia Divina, porque allí no había otra cosa; llevan en su compañía veinte y cinco ó treinta cristianos nuevos que á los Padres servían y sirven de guías é intérpretes, y con los paisanos hacían oficio de Predicadores y Apóstoles y caminan ya las treinta, ya las cuarenta leguas, siempre con una hacha en la mano para desmontar y abrir camino por la espesura de los bosques; otras veces encontraban lagunas y pantanos que pasaban á pie con el agua á la boca, y para dar ánimos á los neófitos eran los primeros en vadear los ríos ó en arrojarse por los despeñaderos más difíciles, ó en entrar en las grutas y cuevas con sobresalto y susto de estar allí escondidas las fieras ú hombres; y después de tantas fatigas y trabajos no hallaban á la noche para repararse otro regalo que algunas raíces silvestres con qué romper el ayuno, y algunos días no tenían con qué apagar la sed, sino un poco de rocío que quedaba entre las hojas de los árboles, y por cama la tierra dura, sin otro reparo contra los rigores de la noche, que la sombra de un árbol ó una estera sostenida de cuatro palos; y últimamente en continuo temor y riesgo de la vida, porque los bárbaros, asombrados con el temor, juzgaban que eran sus enemigos los Mamalucos del Brasil, vestidos de Jesuitas y por eso están siempre con la macana en la mano ó con las flechas á punto, ó si no en emboscadas para quitarles la vida sin que los defiendan los neófitos.

De su aptitud especial para las personificaciones y abstracciones, da testimonio la divertida anécdota de la guerra de D. Carnaval con dama Ayuno.

Pero se arrepintió bien pronto de su ligereza, cuando sintió sobre una mirada fulminante y oyó una voz severa diciéndole: Hermano, durante un mes tendrá su celda por encierro y ayunará á pan y agua. Desde hoy comienzan la reclusión y el ayuno. Váyase en paz.

Palabra del Dia

vorsado

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