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Actualizado: 22 de junio de 2025


Le echa la culpa de la ruina de Atenas y de todo lo malo que allí ha pasado, le niega el talento, le niega la elocuencia y le persigue con la misma saña que si le hubiera estafado. No tienen ustedes más que sacarle la conversación del olímpico, como él lo llama con sorna, y le verán ustedes deshecho.

Pasando por Malta navegó entonces á Atenas, en donde la embajada del imperio fué saludada con entusiasmo por los alemanes allí residentes, considerándola como anuncio de la unidad tan deseada de su patria, siendo también recibida por el rey Otón con la mayor alegría.

Según cuenta Goedeke en su biografía de Manuel Geibel, Schack, amigo de este último y de Ernesto Curtius, á quienes había tratado en Berlín antes de salir estos dos para Atenas, celebró con ellos un banquete de despedida, y brindaron á su pronto encuentro en la ciudad del Pireo; y en efecto, Schack tuvo la suerte, al desembarcar en el Pireo, de ver á su amigo Curtius, y de visitar con él en seguida á su común amigo Geibel.

ASCLEPIGENIA. Una doncella tan sabia, educada con esmero en Atenas; una poetisa tan inspirada como , en quien veo renacer, en edad temprana, las altas prendas de Hipatia, no podía menos de comprender este amor mío que descuella sobre mis otros amores. ATENAIS. Es un dolor que no pueda ser el único. ASCLEPIGENIA. La culpa, hasta cierto punto, la tiene el pícaro misticismo. Por él nos separamos.

La que Atenas del mundo Americano, etc. Antes que yo la ha llamado así un escritor célebre por su amor á la libertad y ardientes simpatias por las Repúblicas de Sud-América: el Abate de Prad. La tribuna de Agüero y de Dorrego. Al nombrar dos célebres oradores Argentinos no he querido en ningun modo establecer la supremacia suya sobre los demas.

Como dice Renan, "el estado habitual de Atenas era el terror. Jamás las costumbres políticas fueron más implacables, jamás la seguridad de las personas fue menor. El enemigo estaba siempre a diez leguas; todos los años se le veía aparecer; todos los años era necesario guerrear con él. Y en el interior, ¡qué serie interminable de revoluciones!

En la naturaleza de las cosas está que sea cómica, y no seriamente bella, la exhibición ó la representación del abrazo amoroso, más ó menos apretado. Si el cínico Crates se une en público con Hiparca, á pesar de la licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y escarnecen.

El hombre de más influencia en la alta sociedad bonaerense era el señor Penseroso: un abate griego, de Atenas, un hombre distinguidísimo, suave como una alondra, agudo y penetrante como una aguja: con su rostro de mártir, y un ojo apagado que no revelaba por cierto toda la agilidad y la hondura de que aquel sacerdote estaba dotado.

Aquel achaque de algunas provincias de nuestro país, no procede tanto del clima, ni del genio de nuestra raza, raza tan activa, tan enérgica, tan creadora; la raza de Aténas y de Roma absorbiendo al mundo; no procede tanto de ese orígen, repito, como del cruzamiento de castas diferentes, de sus tradiciones y de sus hábitos.

Constituído un poder central provisional, á consecuencia de un acuerdo del Parlamento, el representante del imperio creyó conveniente entablar relaciones internacionales con las demás potencias de Europa, y nombrar embajadores para Londres, París, San Petersburgo, Roma y Atenas.

Palabra del Dia

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