United States or Peru ? Vote for the TOP Country of the Week !


En una brecha aparecieron kepis rojos, piernas del mismo color intentando pasar sobre los escombros. Pero la visión se borró instantáneamente bajo la rociada de las ametralladoras. Los asaltantes debían caer á montones al otro lado de la pared. Desnoyers no supo con certeza cómo se realizó la mutación. De pronto vió los pantalones rojos dentro del parque.

Los arqueros los recibieron con una granizada de flechas que hicieron morder el polvo á filas enteras de los asaltantes.

En la pared de un desfiladero que visitaba yo con frecuencia, había una de esas fortalezas ocultas. Con gran trabajo pude llegar á la entrada agarrándome á las asperezas de la roca y á algunas ramas de boj que habían arraigado en las hendiduras. Mucho más difícil hubiera sido escalarla para los asaltantes.

Jóvenes en traje ligero de casa juegan á la sipa, hacen ejercicios gimnásticos valiéndose de trapecios improvisados: en las escaleras se sostiene un asalto entre ocho ó nueve, armados de bastones, picas, ganchos y lazos, pero asaltantes y asaltados no se hacen daño por lo general; los golpes paran de rebote sobre la espalda del chino tendero que en la escalera vende comistrajos é indigestos pasteles.

Los oficiales alemanes querían morir. Con el sable en alto, después de haber agotado los tiros de sus revólveres, avanzaban contra los asaltantes, seguidos de los soldados que aún les obedecían. Hubo un choque, una mezcolanza. Al viejo le pareció que el mundo había caído en profundo silencio.

Si la Virgen nos permite protegeros, hago voto de ofrecer una corona de oro á Nuestra Señora de Rennes. ¡Adelante, amigos! Los asaltantes, cansados de matar, se dedicaban al saqueo. Sólo un grupo bastante numeroso atizaba el fuego y observaba en silencio los progresos del incendio.

Un grupo compuesto por unos ciento cincuenta hombres, entró en el poblado á los gritos deviva el Partido Independiente! ¡vivan los negros!", produciendo entre los pacíficos vecinos enorme pánico, el que fué en aumento al ver la primera acción de los asaltantes, que fué impregnar con petróleo la estación del ferrocarril, incendiándola después.

Adivinó en los ojos de antílope de Cachafaz que callaba otras cosas y quería decírselas á él, pero á solas. Sonreía el pequeño con desprecio al escuchar cómo los otros daban señas contradictorias describiendo á los asaltantes. Todos creían conocerlos y cada uno los había visto de distinto modo.

Parecer ser que el Bearnés se acercó, ya pasada la media noche, cuando todos los vecinos dormían; pero, por un caso, en que se echa de ver la mano de Dios, los herejes apoyaron sus escalas en la Puerta Papal, donde se hallaban a la sazón algunos religiosos de nuestra Compañía. Al asomar los primeros asaltantes, nuestros hermanos dan repetidas voces de alarma.

Distinguió al pie de la cuesta que ocupaba su castillo varias columnas de ataque que habían pasado el Marne. Los asaltantes estaban inmovilizados por el fuego nutrido de los alemanes. Avanzaban á saltos, por compañías, tendiéndose después al abrigo de los repliegues del terreno para dejar pasar las ráfagas de muerte.