United States or Slovakia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Un torero! exclamó el artista , ¡un hombre del pueblo! ¿Os estáis chanceando? No, por cierto dijo el otro ; estoy muy lejos de chancearme. No habéis vivido como yo en España, y no conocéis el temple aristocrático de su pueblo. Ya veréis, ya veréis.

El que pinta bien la naturaleza muerta, jamás será tan gran artista como el que pinta bien la naturaleza viva: quien reproduzca sólo las formas más groseras de la vida y los movimientos rudimentarios del espíritu, no alcanzará la gloria del que sabe evocar y poner en conflicto patético las grandes pasiones del alma humana.

Y sobre las puertas de los cuartos, el artista, aludiendo discretamente al establecimiento, había pintado asombrosos «bodegones»: granadas como hígados abiertos y ensangrentados, sandías que parecían enormes pimientos, ovillos de estambre rojo que intentaban pasar por melocotones.

Estos jóvenes, no te quepa duda, serán nuestros amos por aquello de que «joven sociólogo en puerta, cacique a la vuelta». Hay que tenerlos satisfechos, hay que ganarse su amistad. Pero, hombre, ¿a ti, que eres un artista, qué te importa la amistad de los políticos? ¡Anda! ¿Imaginas que se puede ser en España un mediano colorista sin tener algún amigo ministro?

Usted que nunca tuvo grandes relaciones de amistad con el bueno de Cupido, le ha escrito con frecuencia contándole tonterías; todo para al final, como posdata importantísima, encargar saludos a la ilustre artista, tranquilizándose al recibir en la respuesta la noticia de que esa ilustre artista aún estaba aquí. ¡Poco que he reído leyendo esas cartitas!

No admitiría nunca que un artista pudiese ser su igual; pero él, por benevolencia, protegía las artes cuando no le salía muy caro. Daba al trabajo mucha importancia, no hacía nunca nada, admitía las concesiones al talento, y se explicaba el otorgamiento de un título a quien supiera enriquecerse en la Bolsa o en los altos negocios del Estado.

Desde entónces comenzó á decaer Toledo, aislada y sin industria, no obstante su condicion de metrópoli de la iglesia católica en España. No habiendo pasado en Toledo sino tres dias, que son suficientes para un viajero que no es artista, apénas pude recoger impresiones rápidas.

Así que fue viva su sorpresa al recibir un día la visita del artista en traje de ceremonia. La esposa del antropólogo no estaba sola. Su hija Presentación bordaba a su lado cerca del balcón. El artista avanzó con tan amable sonrisa que su boca se dilataba de un modo imponente. Buenas noches, D.ª Carolina... ¡digo no! Buenos días, D.ª Carolina; buenos días, Presentacioncita.

Pero esto había sido al principio. Después... el público empezó a cansarse. Decían que el Obispo se prodigaba demasiado. «El Magistral no se prodigaba». Estudia más los sermones decían unos. Es más profundo, aunque menos ardiente. Y más elegante en el decir. Y tiene mejor figura en el púlpito. El Magistral es un artista, el otro un apóstol.

No hay un artista eminente de cuantos han brillado en el mundo en los últimos ocho siglos, que no tenga allí su representante. Asi, puede decirse que si el Escorial es admirable, sobre todo por su grandeza, la Casa del Príncipe le sobrepuja en muchos de los mas delicados objetos de arte.