Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de octubre de 2025
Meter a bordo el rizón. A la voz del patrón los cuatro hombres que tripulan la barca, uno tras otro, van saltando a bordo con un rosmar de protesta. El patrón manda aparejar la vela y se inclina sobre la borda de popa para armar la caña del timón. Después se santigua. La barca se columpia en la cresta espumosa de una ola. Comienza la travesía.
La voz del guapo era dulce, insinuante; tenía unas inflexiones humildes que Soledad jamás había percibido en ella. El corazón se le oprimió, sintió un frío que le penetró hasta los huesos, y ella, que había venido á armar un escándalo, á sacar los ojos á su rival, se encontró repentinamente sin fuerzas para mover un dedo.
Yo pondría, si pudiera, un petardo tan grande, que levantara hasta el cielo todos los palacios de esa gente egoísta que nos quita lo nuestro. Lo pondremos replicó Mariano, haciendo de la malignidad y de la estupidez una sola expresión. Pero eso es juego de chicos... Es como armar guerra con cohetes en vez de hacerla con cañones. ¿Qué resulta?
Con una cruz de piedra, un par de jinetes rebujados en sendas capas, un camarín bien amueblado, una dama de rara belleza, un castillo con ventanas ojivales y una noche de luna llena, tenía lo bastante nuestro mancebo para armar un belén de seis mil diablos muy interesante, capaz de poner la carne de gallina a cualquiera.
Don Modesto, que infirió que la buena mujer iba a armar sus baterías, fiel a la neutralidad que había prometido, se despidió, dio media vuelta a la derecha y tocó retirada; pero no sin que la tía María le diese un par de lechugas y un manojo de rábanos.
Un metomentoo er tal hombre, acostumbrao a mover a su gusto alcardes, personas y hasta siviles. Eso que yaman en los papeles un casique. Le envié una razón pidiéndole sien duros pa un apuro, y lo que hizo fue escribir al gobernaor de Seviya, armar un escándalo ayá en Madrí y haser que me persiguiesen más que nunca.
En la pág. 253 dice así: «En el año 155, en la luna de Moharram, mandó Al-hakem colocar el antiguo mimbar á un costado del Mihrab; asimismo mandó armar la antigua Maksurah y dispuso que en la quibla del nuevo edificio añadido por él se pusiese otra Maksurah de madera, labrada por dentro y por fuera, y coronada de almenas, la cual tenia setenta y cinco codos de largo y veintidos de ancho, y su altura hasta las almenas ó remate era de veintidos codos.
Segunda empezó por presentarse todos los días en la tienda de la Concepción Jerónima, y armar un escándalo a su hermano y a su cuñada. «Que si tú eres esto, si eres lo otro...». Parece mentira; Villalonga y yo, que oíamos estos jollines desde el entresuelo, no hacíamos más que reírnos. ¡A qué degradación llega uno cuando se deja caer así!
«¿Pero y los gatillos, que es lo que hace más falta? dijo la dama amoscándose . Hombre de Dios, usted se va a condenar por tantos embustes como dice. ¿No me prometió que estarían por ayer? ¿Qué palabras son esas? Vaya, que ni Job tendría paciencia para aguantarle a usted. Están parados los carpinteros de armar, por causa de esa santa pachorra. No me extraña que esté usted tan gordo, Sr.
Palabra del Dia
Otros Mirando