Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de junio de 2025
Le hicieron diputado provincial; un tironcito. Luego diputado a Cortes; otro tironcito. Después gobernador de provincia; otro tironcito. Más tarde director general de un departamento; otro. Presidente de la Comisión de presupuestos; otro. Ministro; otro. La cuerda estaba agotada. Aunque le hicieran príncipe heredero, Jiménez Arbós ya no podía levantar un milímetro más su gran cabeza.
Lleva más de un año en relaciones contigo, y todavía se pone colorado como un pavo cuando le miras. Pues eso es precisamente lo que a mí me gusta. Pepa alzó los hombros con indiferencia. ¿De veras? Para mí sería una calamidad, hija. Y Arbós, ¿qué tal se porta? Ese es un tonto de capirote, ¿sabes? dijo con la boca llena ; pero al menos tiene fachada.
La conversación con Pepe Castro, que tenía a su izquierda, era más animada. ¿Por qué no aconseja usted a Arbós que coma más carne? le preguntaba el lechuguino al oído. ¿Para qué? Para lo que se come carne generalmente; para nutrirse y adquirir fuerzas con que soportar las fatigas que nuestros deberes nos imponen.
Pepa Frías, vivamente agitada, hablaba aparte con Jiménez Arbós, después de haberse enterado, preguntando a algunos banqueros, de que los negocios de Osorio no marchaban bien. No obstante, todos le suponían con medios de hacer frente a sus compromisos.
¡Que te quemas! ¡que te quemas! exclamó Pepe Castro por lo bajo. Pero no tanto que no lo oyese Jiménez Arbós, que estaba del otro lado de Pepa Frías, y no le acometiese un acceso de risa que procuró con todas sus fuerzas sofocar. Anda, barbiana, alárgame ese frasquito de mostaza dijo Pepa Frías dirigiéndose a Clementina para disimular también la risa que le había acometido.
Aunque hablaban en falsete, sus fisonomías graves y sus ademanes decididos llamaron la atención del general Patiño, el cual, con admirable penetración, dijo a la marquesa de Ujo: Mire usted a Pepa y a Arbós. Hay nube de verano entre ellos. ¡Qué hermoso es el amor hasta en sus fugaces tormentas!
¿No será mejor que procures desembarazarte de ellos? Huerta está en el Ministerio. Mira a ver si le mandas de gobernador a cualquier parte.... ¡Pues es verdad! Ahora mismo voy a hablar a Arbós.... ¡Pero lo que es a mi señor yerno no le perdono!... Esta noche me las ha de pagar, o no me llamo Pepa.
Bajbiana, bajbiana.... ¿Qué es que bajbiana? preguntó, la baronesa de Rag a Osorio en su afán de aprender pronto el español. Este se apresuró a explicárselo como pudo. Pepa hablaba de vez en cuando por lo bajo con Jiménez Arbós. Solían ser algunas frases rápidas que probaban la inteligencia en que estaban y al mismo tiempo el deseo de mostrarse prudentes.
Me han dicho que está arruinado o muy próximo a arruinarse. Pepa se estremeció visiblemente. ¿Qué dice usted? ¿Por dónde ha sabido usted eso? Pues me lo han dicho ya varios. La viuda se volvió bruscamente hacia Jiménez Arbós sin ocultar su agitación y le preguntó en voz baja y alterada: ¿Has oído algo de que Osorio esté arruinado? Sí, lo he oído.
Este diálogo rapidísimo en voz imperceptible fué observado por el duque, quien acercándose a Pinedo le preguntó con reserva y haciendo una seña expresiva: Diga usted, ¿Arbós y Pepa Frías?... Hace ya lo menos dos meses. La mirada que el banquero le echó entonces a la viuda no fué de la calidad de las anteriores. Era ahora más atenta, más respetuosa y profunda, quedándose después un poco pensativo.
Palabra del Dia
Otros Mirando