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Actualizado: 8 de mayo de 2025
El cansancio, las inquietudes y sustos que aún tenían trémulos a Maltrana y al capataz eran para los dos cazadores incidentes sin importancia de la diaria lucha... ¡Vaya un modo de ganarse el pan! Al detenerse un instante en la cumbre del cerro, el joven volvió a ver los rosarios luminosos del alumbrado de los pueblos, la nube roja que se cernía sobre Madrid.
Hubo un momento de silencio, y después prosiguió: Quédate tú. Estaban en el gabinete de la dama. Ella se despojaba de sus joyas frente al espejo de su tocador, alumbrado por dos bujías de color de rosa. El marido la veía retratada por el cristal de fondo misterioso y de sombras movedizas.
Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á cabo.
Las empresas de navegacion, de alumbrado y de diligencias, los ferrocarriles, los bancos, las grandes fábricas, los institutos numerosos de crédito, los teatros, los casinos, los cafés y hasta los bailes y fiestas, proceden de asociaciones voluntarias, sin ninguna ingerencia ni garantía de la autoridad. De ese espíritu de sociabilidad resultan muy buenos efectos.
Ya le tenemos sentado sobre la mesa, con el manuscrito en la mano y alumbrado por el candilejo. El Doctrino y Javier se disputaban la causa con nuevo furor, y Lázaro, que estaba sentado en la silla, había cedido al cansancio, y apoyado en la misma cama, esperaba la primera escena de los Gracos.
Era en 1732 Asistente interino don Manuel Torres, y á este buen señor, así como á su inmediato sucesor, don Rodrigo Caballero Illanes, se deben los primeros ensayos de alumbrado, pues ordenaron al vecindario que desde las primeras horas de la noche del invierno de aquel año hasta las doce, los vecinos colocasen en las ventanas de sus casas faroles que disipasen de algún modo las espesas tinieblas.
En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública por las noches en las calles de Sevilla: «Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en horas extraordinarias transiten personas sospechosas, pues en fraude de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después de las doce de la noche, con la cautela de llevar luz é ir separados para que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita.
Julián que paseaba inquieto de un lado para otro del gabinete cruzando también la sala, llegó en aquel momento a la entrada del despacho y podo oír perfectamente que la chica decía haciéndose cruces: ¡Qué bonitas! ¿Desea la señora que las lleve al gabinete, que está mejor alumbrado?
"En mí teníades bien que hacer, y no haríades poco si me remediásedes", dije paso, que no me oyó; mas como no era tiempo de gastarlo en decir gracias, alumbrado por el Spíritu Santo, le dije: "Tio, una llave de este arca he perdido, y temo mi señor me azote. Por vuestra vida, veáis si en ésas que traéis hay alguna que le haga, que yo os lo pagaré."
Habéis hecho bien, porque la función se ha empezado; la loa está casi á la mitad, y han empezado á correr por el patio unas noticias que tienen disgustado al público. Seguían á la sazón por un corredor estrecho alumbrado por candilejas, á cuyos dos costados había puertas. ¿Y qué noticias eran esas? dijo la Dorotea avanzando por el corredor delante de Juan Montiño.
Palabra del Dia
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