United States or Northern Mariana Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


El río lo ha llenado poco á podo, pero el suelo, de reciente formación, no está todavía afirmado. Sin inmensos trabajos de desecación, es probable que jamás estuviera en condiciones de ser habitado por los hombres, puesto que de su cieno y agua corrompida se escapan mortales miasmas.

Y yo desearía tener un poco de romero, de cardamomo y de tomillo; esas plantas huelen bien; pero creo que alhucemas no hay más que en los jardines de los burgueses. No es una razón para que no tengáis vos, porque puedo traeros gajos de cualquier planta; estoy obligado a cortar muchas cuando podo y tengo que tirarlas casi todas.

Julián que paseaba inquieto de un lado para otro del gabinete cruzando también la sala, llegó en aquel momento a la entrada del despacho y podo oír perfectamente que la chica decía haciéndose cruces: ¡Qué bonitas! ¿Desea la señora que las lleve al gabinete, que está mejor alumbrado?

El levantamiento del ilustre Teófilo, anónima, con la fecha del año 1619. La inclinación española, anónima, 1617. Mientras yo podo las viñas... de Agustín Castellano, 1610. La paciencia en la fortuna, anónima, con licencia de 1615. El burlado burlador, anónima, acabóse en 1627. El bastardo de Castilla, anónima, con licencia de 1641.

Toma, pícaro, toma, ¡ajo! ahora conocerás lo que es tener hambre... no, siento que no lo sepas todavía, porque te queda la estancia, pero, ya te llegará tu San Martín, como a los chanchos... Lo principal, que es el primer paso, está ya hecho: el Bernardino, patas arriba y el ministril aquel de las uñas largas, boca abajo; la tierra tiembla: mira, Quilito, ponte como los gauchos o los indios, la oreja contra el suelo, y sentirás un rumor así como de muchos caballos que galopan: es la vanguardia de la revolución, que se anuncia, que se armará pronto... ¡ay! ¡qué gusto! ese día, cuando el bochinche esté en lo mejor, atrapo al doctorcito Eneene... no, lo que es a ese nadie me lo toca, es mío... y con unas buenas tijeras le podo las uñas, cortándole hasta raíz de las yemas; le pongo un bonete con un murciélago pintado y un letrero que diga: ¡por ladrón! y a patadas, amarrado codo con codo, le llevo a la plaza Victoria y allí, delante del respetable público, le ensarto en la lanza del muñeco de la Pirámide; ¿qué tal? qué bueno sería, ¡ajo!