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Actualizado: 11 de junio de 2025
Conocida la instrucción, decía la pluma incorregible del Peregrino: «Este Rey está fuerte en no consentir á los franceses absentes gozar sus casas y bienes si á Antonio Pérez no le dan su mujer, hijos y hacienda. Quizá este mismo favor dañará, pero serán gloriosos daños. Del nuevo Rey de España quiero esperar que imitará á David, por no probar los azotes de su reino por pecados ajenos .»
Pero me gustan tanto los niños, que tengo verdadera manía por ellos, y los ajenos me parece que deberían ser míos... y, créalo usted, no tendría escrúpulo de conciencia en robar uno, si pudiera... Pues yo también, si pudiera... declaró Fortunata, que no quería ser menos que su rival en aquello de la manía materna. ¿Pero es que se le han muerto a usted, o que no los ha tenido?
462 No pude tener con Cruz ninguna conversación: no nos daban ocasión, nos trataban como ajenos como dos años, lo menos, duro esta separación. 463 Relatar nuestras penurias fuera alargar el asunto. Les diré sobre este punto que a los dos años recién nos hizo el cacique el bien de dejarnos vivir juntos.
A lo que respondió Sancho: -Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas. Bueno sería que tras pellizcos, mamonas y alfilerazos viniesen ahora los azotes. No tienen más que hacer sino tomar una gran piedra, y atármela al cuello, y dar conmigo en un pozo, de lo que a mí no pesaría mucho, si es que para curar los males ajenos tengo yo de ser la vaca de la boda.
Pero Facundo, en relación con la fisonomía de la naturaleza grandiosamente salvaje que prevalece en la inmensa extensión de la República Argentina; Facundo, expresión fiel de una manera de ser de un pueblo, de sus preocupaciones e instintos; Facundo, en fin, siendo lo que fué, no por un accidente de su carácter, sino por antecedentes inevitables y ajenos de su voluntad, es el personaje histórico más singular, más notable, que puede presentarse a la contemplación de los hombres que comprenden que un caudillo que encabeza un gran movimiento social, no es más que el espejo en que se reflejan, en dimensiones colosales, las creencias, las necesidades, preocupaciones y hábitos de una nación en una época dada de su historia.
24 He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá; 25 por cuanto me han dejado, y han sacrificado a dioses ajenos, provocándome a ira en todas las obras de sus manos; por tanto mi furor lloverá sobre este lugar, y no se apagará.
Yo sé que á otros menos poderosos, que necesitan para sus negocios del apoyo de capitales ajenos, los han elevado ó los han hundido, enviándoles ó retirándoles los accionistas. Se meten en las casas y las dirigen... pero es allí donde les dejan entrar. Yo, afortunadamente, aunque tú creas lo contrario, estoy libre de ellos.
Las cañas del batalan de la casa de Tintay y las de la mía, no digamos que se besaban, pero sí se arañaban unas á otras. Tintay salía con frecuencia al batalan, yendo unas veces en busca de menesteres de una casa arreglada, y otras á hacer menesteres ajenos á la casa.
El dolor ajeno lo siente como dolor propio; el dolor propio lo multiplica por todos los dolores ajenos; y así en el dolor propio como en el ajeno experimenta el contacto de esta y aquella brasa de la gran hoguera que es el dolor universal, el drama de la vida.
6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque son henchidos de oriente, y de agoreros, como los filisteos; y en hijos ajenos descansan. También está su tierra llena de caballos; ni sus carros tienen número. 8 Además está su tierra llena de ídolos, y a la obra de sus manos se han arrodillado, a lo que fabricaron sus dedos.
Palabra del Dia
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