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En el viaje que yo fuí de grumete naufragaron una porción de barcos, y más de cincuenta hombres de aquella costa se ahogaron. No había para porvenir de ninguna clase en el país; no tenía dinero, y antes de que viniese la odiosa quinta, decidí ir a Brest o a Saint-Malô, con intención de pasar a Inglaterra y embarcarme para América.

Bueno, salude usted afectuosamente a mi tío, y dígale que tengo que hablar primero con mis padres él sabe de qué se trata y que inmediatamente después iré a verlo. La anciana murmuró algo, pero las palabras se ahogaron en su garganta. El carruaje continuó su camino hacia la casa del viejo Hellinger, situada bajo la sombra de viejos y soberbios tilos, como bajo un dosel.

Pero no deja Nuestro Señor sin castigo, aun en esta vida, maldad tan enorme, porque los más tienen malas muertes, y lo peor es que raro es el que de ellos se arrepiente y pide perdón de sus culpas y maldades, porque se dejan arrastrar de la desesperación y se van al infierno; y hay sujeto de los nuestros, testigo de vista, que dice que en la rota sobredicha el año de 1696, ninguno de los que murieron en el campo ó se ahogaron en el río, pidió confesión ni dió señal alguna de arrepentimiento.

Algunos de los náufragos se arrojaron al mar; pero ¡por el ángel de San Pedro! había que nadar contra viento y marea para llegar a la escampavía, que no obstante no estaba lejos. Imposible. Se ahogaron, pues, los imprudentes, después de haber sido cegados por el remolino de las olas, que les azotaba y les ensangrentaba la cara.

De los sanos se salvaron algunos, entre ellos el padre de ese señor oficial de artillería; pero los heridos se ahogaron todos, como es fácil comprender, no pudiendo los infelices ganar a nado la costa». Me quedé absorto al saber la muerte del joven Malespina, y la idea del pesar que aguardaba a mi infeliz e idolatrada amita llenó mi alma, ahogando todo resentimiento.

Navegamos de noche á cerca de las doce, y una hora antes de salir el sol se levantó tan gran tempestad, que aunque vimos tierra á una legua ó mas, no pudimos tomarla, ni echar anclas, ni hallar otro remedio que hacer votos, é implorar la piedad divina. Pues en la misma hora se hizo nuestra náo mil pedazos, y se ahogaron 15 españoles, de que nunca pudimos hallar cadaver alguno, y 6 indios.

Las lanzas, sables y palos, divididos por mitad á los costados, sostenidos por la poca caballeria que le habia quedado, y mandando dar un cuarto de conversion por mitad á derecha é izquierda, acometió á un tiempo á los indios de Ingaricona y Sanca, que se sostuvieron por algun rato con teson, peleando valerosamente, hasta que los de Sanca cedieron, despues de haber perdido algunos hombres, y emprendieron una fuga precipitada, arrojándose á un estero profundo, donde se ahogaron algunos, y los demas siguieron la retirada con el mayor desórden, hasta ampararse de las montañas inmediatas.

¿Qué se ofrece caballero? dijo Aresti con su voz alegre que parecía esparcir la confianza entre los desgraciados. Señor dotor gimió el muchacho. Mi padre... mi pobre padre. Y como si no pudiera contener la pena tanto tiempo comprimida, se ahogaron las palabras en su garganta y rompió á llorar. Aresti se fijó en él.

6 mas salido el sol, se quemó; y por cuanto no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte cayó en espinas; y subieron las espinas, y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció; y llevó uno a treinta, y otro a sesenta, y otro a ciento. 9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

Habian estos tenido lugar para informarse de todas las grandes proezas executadas por los Españoles en obsequio de la religion, y leido las memorias del célebre obispo de Chiapa, donde cuenta que degolláron, quemáron ó ahogáron unos diez millones de idólatras Americanos por convertirlos á nuestra santa .