Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de julio de 2025
El mate es una calabaza seca y hueca, provista de un agujero practicado en el lugar que ocupaba el tallo, y dentro de la cual se colocan las hojas molidas y se vierte agua hirviendo.
Dunstan registró bien en el agujero para convencerse de que no contenía nada más, y luego, volviendo a colocar en su sitio los ladrillos, los recubrió de arena.
De pronto, la llama, hizo un amplio agujero en uno de los costados del buque, el palo mayor se abatió sobre el mismo lado, el San Pablo dio una fuerte bandada, se inclinó sobre estribor, y el agua entró a borbotones en la cala.
A los nueve años era Paula una espiga tostada por el sol, larga y seca; ya no se reía: pellizcaba a las amigas con mucha fuerza, trabajaba mucho y escondía cuartos en un agujero del corral. La codicia la hizo mujer antes de tiempo; tenía una seriedad prematura, un juicio firme y frío. Hablaba poco y miraba mucho.
En nuestra edad lo maravilloso existe lo mismo que en las pasadas, sólo que los ángeles han variado de nombre y figura, y no entran nunca por el agujero de la llave. Lo extraordinario que a mis queridos amigos sorprendió en su soledad, fue una carta de Agustín Caballero. Uno y otro creyeron que el propio fantasma del generoso indiano se les ponía delante.
Volvió á orar con todo fervor, se encomendó á Dios de todo corazón y de nuevo quedó dormida. Al despertar penetraba ya la luz por la chimenea. De nuevo sintió una sed abrasadora y otra vez volvió á calmarla con el agua sucia que manaba de las paredes. Miró por el agujero y vió el puntito de cielo. Esta vista infundió en su pecho un ansia loca de vivir.
¿Tiene U. valor para entrar? me dijo mi amigo cicerone, mostrándome un agujero practicado al pié del muro exterior de una casa mohosa. ¿Entrar á dónde? le contesté. Pues...al infierno! me repuso con profunda emocion. Sí; aquí vive una parte de la especie humana, de la Europa civilizada, en el corazon de Lóndres, como el enjambre de gusanos que vive en el centro de una hermosa fruta.
¡La Villasis! ¡La Villasis! susurró en aquel momento Butrón con aire de triunfo; y pegó al punto el ojo al agujero, para no perder ningún incidente de la escena que iba a seguirse.
Por el largo y estrecho agujero por donde habían descendido apenas penetraba un tenue rayo de luz. Estás en mi poder, Demetria. No te escapes, porque es inútil dijo el minero sordamente recogiendo del suelo su lámpara que se había apagado. Se oía la respiración anhelante de la joven que no respondió una palabra. Me tienes miedo, ¿verdad?... Pues dentro de poco llorarás por mí, pichona.
Era, en una palabra, el tablado en que estaba la picota: sobre él se levantaba la armazón de aquel instrumento de disciplina, de tal modo construído que, sujetando en un agujero la cabeza de una persona, la exponía á la vista del público.
Palabra del Dia
Otros Mirando