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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Vi luego este país bendito, y mi pensamiento agitado descansó contemplando esta suprema estabilidad, este profundo reposo, este sueño benéfico de la sociedad española.
Como Rosas ha tenido tan buen cuidado y tanto tesón de hacer creer al mundo que sus enemigos son hoy los unitarios del año 26, creo oportuno entrar en algunos detalles sobre esta última faz de las ideas que han agitado la República.
Admirábale aquella joven tan animosa, tan bella, á quien había salvado y que á su vez procuraba salvarle á él. Larga fué su carrera por el lecho del tortuoso arroyo, y cuando á Roger empezaba á faltarle el aliento, su hermosa guía se arrojó palpitante sobre la hierba, oprimiendo con ambas manos el agitado pecho. Roger se detuvo.
Sus lágrimas surgieron con toda libertad al verse en, aquella habitación cuyos muebles y cuadros le recordaban al ausente. Argensola corrió desde la puerta al fondo de la pieza, agitado, confuso, saludándola con frases de bienvenida y removiendo al mismo tiempo objetos.
Se puede notar con mas razon el disgusto y el cansancio que hacen preferible el silencio á la tendencia á conversar. El sueño es estremadamente agitado por ensueños vivos y angustiosos.
Ningún casamiento ha agitado más que aquél los círculos sociales de Buenos Aires. En el teatro, en Palermo, en los bailes, en los clubs, en las iglesias no se hablaba de otra cosa. Mi tío había hecho demoler y reedificar gran parte de su casa de la calle Victoria.
Mientras que andaba don Braulio agitado, allá en el fondo de su alma, de tan varios afectos, de los cuales salía siempre por consecuencia, la precisión en que se creía de dar a su mujer y a su cuñada libertad completa para ir a casa de la Condesa y acompañarla a teatros y paseos, Beatriz, aprovechándose de dicha libertad, vino a ser casi tertuliana diaria de la San Teódulo, ora la siguiese sólo Inesita, ora la siguiese también su marido.
Desde el fondo de la ciudad vi el otoño que amarilleaba los árboles y reverdecía los prados, y el día de la reapertura del colegio, llevé a él un ser agitado, infeliz, una especie de alma plegada en dos, como un faquir entristecido que se reconoce.
Como de ordinario, multitud de carros, bultos de mercancías, básculas, corredores, dependientes, comerciantes, marineros, pescadores, vagos y curiosos forasteros, en el más agitado y bullicioso desorden, le hacen intransitable desde la Ribera al café Suizo. Fijémonos un momento en este último punto, como el más despejado.
Y aunque ya había procurado tranquilizar su espíritu por medio de algunos adecuados puntapiés, todavía lo sentía agitado y triste cada vez que el hijo de la Pepaina se ofrecía a su vista. Sin preocuparse poco ni mucho de la conmovedora ceremonia que se estaba realizando en el presbiterio, D. Miguel recorrió la iglesia a paso lento, escudriñando todos los rincones.
Palabra del Dia
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