Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de mayo de 2025
Sus labios temblaban en ciertos instantes con una agitación que parecía reflejar otros estremecimientos inferiores y ocultos. Las manos se hacían ganchudas, acompañando con movimientos agresivos las vibraciones de una voz aguda y cortante. Casi todos los días las vecinas de media calle se peleaban con el resto de la calle, las de medio pueblo contra el resto del pueblo.
Este eretismo repentino ó consecutivo al estupor, á la inercia momentánea, se observa en todos los aparatos y en todas las funciones. El moral ofrece, por una parte, la postracion, la indiferencia, la falta de atencion y de memoria; y, por otra, la ansiedad, la agitacion, el mal humor, la irritabilidad.
A rectificar, como dicen en las Cortes indicó Salomé en un arrebato de amabilidad repentina é inexplicable que no pudo contener; amabilidad rarísima en ella y que era sin duda signo de una gran agitación. El buen humor de la segunda ruina era siniestro.
María montó en el carruaje con la señora de Ciudad, su madrina, y las otras se despidieron hasta luego, tomando apresuradamente el camino de la iglesia. Reinaba extraordinaria agitación en la villa.
Pero volvió á su antigua agitación al ver fulgurar á los rayos del sol las armas y brillantes arreos de los soldados que venían inmediatamente después de la banda de música, y formaban la escolta de honor de la procesión.
Pensó que era preciso avisar al señor Cuadros; tal vez él como hombre experto en los negocios, encontraría el medio de salir a flote. Extrañábale mucho que no estuviera en la Bolsa, siendo aquella tarde de agitación y de emociones, y salió inmediatamente en su busca. En Las Tres Rosas sólo encontró a don Eugenio. ¿Qué ocurre? preguntó el vejete . Tienes cara de susto.... ¿Que si está Antonio?
Este efecto poco halagüeño es quizás el resultado del período de agitación é incertidumbre en que la historia tomó forma; sin que indique carencia de buen humor en el espíritu del novelista, pues era más feliz mientras divagaba entre la lobreguez de estas tristes fantasías suyas, que en ninguna otra época desde que salió de la Antigua Mansión.
Iba todas las tardes al Palais de Glace y doña Chicha la seguía, privándose de acompañar al marido en sus compras. ¡Las horas de aburrimiento mortal ante la pista helada, viendo cómo á los sones de un órgano se deslizaban sobre cuchillos por el blanco redondel los balanceantes monigotes humanos, solos ó en fila!... Su hija pasaba y repasaba ante sus ojos roja de agitación, echando atrás las espirales de su cabellera que se escapaban del sombrero, haciendo claquear los pliegues de la falda detrás de los patines, hermosota, grandullona y fuerte, con la salud insolente de una criatura que, según su padre, «había sido destetada con biftecs».
No se diría sino que acababa de dar fondo en el Callao un galeón con importantísimas nuevas de España, ¡tanta era la agitación palaciega y popular! o que, como en nuestros democráticos días, se estaba realizando uno de aquellos golpes de teatro a que sabe dar pronto término la justicia de cuerda y hoguera.
Verdad que el caballo de la sabana de Bogotá es una especialidad; todos ellos son de paseo, y es imposible formarse una idea de la comodidad de aquel andar sereno, cuya suavidad de movimientos no se pierde, ni aun en los instantes de mayor agitación del animal. No tienen aquel ridículo braceo de los caballos chilenos, tan contrarios a la naturaleza; pero su brío elegante es incomparable.
Palabra del Dia
Otros Mirando