Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de mayo de 2025
Extraña agitacion, tristes clamores En el palacio de Felipe cunden, Que por el claustro y poblacion á un tiempo Con angustiados ayes se difunden; esa fuerza de voluntad, repito, necesita dos condiciones ó mas bien resulta de la accion combinada de dos causas; una idea, y un sentimiento. Una idea clara, viva, fija, poderosa, que observa el entendimiento, ocupándole todo, llenándole todo.
Al punto que en los órganos de los sentidos se hace la impresion del objeto, y la sensacion, se siente el ánimo agitado de dolor, ó deleyte. Por dolor se entiende aquí qualquiera molestia, de modo, que la agitacion del ánimo va junta con gusto, complacencia, y satisfaccion, que los Filósofos llaman Deleyte: ó con molestia, disgusto, pena, displicencia, que llaman Dolor.
El extranjero que llega por vez primera á Paris está seguro de fastidiarse los tres primeros dias con el tumulto de su incansable movimiento y la febril agitacion de aquella vida. Pero muy pronto la reaccion comienza, y la idea que primero se presenta es la de continuar en su recinto todo el tiempo posible.
Se sentó luego en una silla en el más oscuro rincón de la alcoba, y permaneció callada y llorando, y procuró que olvidasen su presencia allí. Con la agitación de los tres asistentes del enfermo, hubo un momento en que dejaron sola con él a doña Luz.
En el fondo de aquella grande agitación, y entre tantos recelos, había un secreto júbilo, pues como un día y otro llegaban noticias de nuevos levantamientos, todos consideraban a los franceses como puestos en el vergonzoso trance de retirarse.
Yo venía con intención de hablar con usted, señora... pero ya no puedo hablar... ¡no puedo hablar! profirió con creciente agitación. D.ª Carolina le contempló un instante con sonrisa maliciosa y dijo al cabo: Pues yo voy a decirle a usted lo que usted tenía que decirme a mí. Timoteo la miró estupefacto.
Una agitación extraordinaria reinaba en toda la línea de los Vosgos; el rumor de la invasión próxima se esparcía de aldea en aldea hasta llegar a las granjas y casas forestales del Hengst y del Nideck.
La agitación y el estruendo de esta lucha penetraba en el claustro, rompían su silencio, llamaba a la puerta de su celda y le excitaba y le convidaba a armarse y a ir al combate. Se le antojaba a veces que resonaba en sus oídos como la trompeta del día del juicio y que le resucitaba de entre los muertos.
Y cuando al día siguiente le veía en casa de Jacoba, decíale abrazándole muerta de risa: ¡Cómo te he puesto ayer, querido mío, delante de varios amigos de D. Juan! ¡Tú no sabes!... Saliste de mis labios que ni con pinzas se te podía recoger. Vivía el conde, por todo esto, y por los remordimientos que sin cesar le mordían, en un estado de perpetua agitación. ¡Cuán lejos se hallaba de ser feliz!
No obstante, cuando pensaba en ella sentía repentino desasosiego, alterábanse sus nervios, y se ponía a dar vueltas por la estancia con visible agitación. Un vago y triste presentimiento le oprimía el corazón. El amor frenético que consiguió inspirarle Fernanda le había hecho olvidarse un poco de Josefina.
Palabra del Dia
Otros Mirando