Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de octubre de 2025
Se le veía agitar los miembros junto al casco de la nave, como unas tijeras blancas que se abrían y cerraban acompasadamente; hasta que, volviendo a la superficie con la moneda en la boca y echándose atrás el mechón húmedo que caía sobre su frente, ganaba la canoa con una agilidad de mono y volvía a temblar de frío, implorando a todo pulmón la generosidad del «caballero».
Me paece que esta pierna va a darme mucho que hacé, pero pa entonces, si quiere Dió, estaré como si fuese de jierro. Dos meses tardó el torero en sentirse fuerte. Cojeaba ligeramente y sentía menos agilidad en los brazos; pero estas molestias despreciábalas como insignificantes al sentir que las fuerzas de la salud volvían a animar su cuerpo vigoroso.
Dotado él mismo de una agilidad y precisión de mano incomparable, y tan seguro de su vista como de su mano, el señor de Sontis no daba entrada a su adversario; lo ofuscaba y deslumbraba con su rápido cambio, aprovechándose de los desvíos a los cuales se entregan siempre en la parada las espadas violentas, al lanzar desenganches de una rapidez fulminante.
Los libros disiparían esos colorcitos tan lindos que tienes en las mejillas, te privarían de la agilidad y la fuerza con que montas a caballo y guías los coches.... Además, yo creo que hay hombres que han nacido para ser guapos, fuertes y divertidos, y uno de ellos eres tú.
En sus juegos eran tan ligeros y originales como en sus trabajos. Esa danza del palo fue entre los indios una diversión de mucha agilidad y atrevimiento; porque se echaban desde lo alto del palo, que tenía unas veinte varas, y venían por el aire dando volteos y haciendo pruebas de gimnasio sin sujetarse más que con la soga, que ellos tejían muy fina y fuerte, y llamaban metate.
Juanita, a los diecisiete años, había espigado tanto, que era la moza más alta y más esbelta que había en el lugar. Algo de la sangre belicosa del oficial de Caballería se había infundido en ella, y la crianza libre y hombruna que había recibido había desarrollado su agilidad y sus bríos.
A la, mañana siguiente, el profesor Flimnap se presentó con gran apresuramiento en la vivienda del gigante. Jamás su rostro bondadoso había ofrecido un aspecto igual, de alarma y azoramiento. A pesar de sus carnes exuberantes, saltó con juvenil agilidad del plato ascensor á la superficie de la mesa, antes de que los atletas encargados de la grúa hubiesen terminado su maniobra.
El grito de ¡abajo los jesuítas! era contestado por un rugido unánime de la masa. En las calles inmediatas al Arenal caían á pedradas los cristales. Algunos chicuelos subían por las fachadas con agilidad de monos para arrancar las colgaduras de la Virgen de Begoña, dejándolas caer sobre el gentío, que las hacía pedazos. Una noticia circuló como un relámpago por la gran masa detenida en el Arenal.
La mula casi tocaba con las orejas el techo, y parecía más enorme, disparatadamente grande, en su mezquino albergue. Maltrana pensó en los milagros de la costumbre, en la agilidad de aquel animal para deslizarse todos los días por el pasadizo lóbrego, en el que apenas cabía un hombre.
Otra ancla cayó al mar con el mismo ruido. ¿Cómo le va a usted, tío? dijo una voz dulce y varonil desde a bordo. Hola, Gonzalito. ¿Llegas bueno, hijo mío? Perfectamente; voy allá ahora mismo. Y se bajó con gran agilidad por un cable al bote. Vamos a esperarle dijo don Rosendo poniéndose a andar. Pero la mano del señor de las Cuevas le sujetó como unas tenazas por el brazo.
Palabra del Dia
Otros Mirando