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Actualizado: 28 de octubre de 2025
Pero advierte que esas figuras que semejan hombres, y que ves bullir, empujarse, oprimirse, retorcerse, cruzarse y sobreponerse, formando grupos de vida como los gusanos producidos por un queso de Roquefort, no son hombres tales, sino palabras. ¿No oyes el ruido que se exhala de ellos? ¡Ah!
No, no, Sancho amigo, huye, huye destos inconvinientes, que quien tropieza en hablador y en gracioso, al primer puntapié cae y da en truhán desgraciado. Enfrena la lengua, considera y rumia las palabras antes que te salgan de la boca, y advierte que hemos llegado a parte donde, con el favor de Dios y valor de mi brazo, hemos de salir mejorados en tercio y quinto en fama y en hacienda.
Asentada esta doctrina advierte que se llama principio de contradiccion el siguiente: «un predicado que repugna á una cosa no le conviene;» observando en seguida que este es un criterio universal de toda verdad, aunque puramente negativo; mas que por lo mismo pertenece exclusivamente á la lógica, pues que vale para los conocimientos puramente como conocimientos en general, sin relacion á su objeto, y declara que la contradiccion los hace desaparecer completamente. «Hay sin embargo, continúa, una fórmula de este célebre principio puramente formal y desprovisto de contenido, fórmula que encierra una síntesis confundida mal á propósito con el principio mismo, y sin la menor necesidad.
A las inmediaciones del templete hay unos claustrillos de poca anchura, que tienen en la parte superior arcos de ladrillo, que se cruzan y forman la misma montea que los de las Iglesias. Se advierte en un cuarto, que se halla á la derecha, la continuacion de los arcos, y uno muy grande que está tapiado. Tambien ví una columna casi destruida por la humedad.
SANCHO. ¿En torre está todavía? PELAYO. No importa, que vendrá presto Quien le haga... SANCHO. Advierte, Pelayo... PELAYO. Olvidéme de los dedos. JUANA. Nuño viene. Sale NU
¡Cómo! ¿Para qué sirve eso? dice el subprefecto, enrojeciendo y, echando con un ademán a aquel pájaro insolente, prosigue a más y mejor: Señores y queridos administrados prosigue a más y mejor el subprefecto. Y he aquí que en aquel momento se yerguen hacia él las flores desde la punta de sus tallos, y le dicen con dulzura: Señor subprefecto, ¿no advierte usted el gratísimo perfume que exhalamos?
De allí pasaron á hablar de venganzas misteriosas, y naturalmente de hazañas frailunas contando cada uno las proezas de los respectivos curas de sus pueblos. Una cuarteta, en grandes letras negras, coronaba el friso de la sala y decía: De esta fonda el cabecilla Al público advierte Que nada dejen absolutamente Sobre alguna mesa ó silla.
Ella se quedó pasmada, como quien por vez primera advierte una cosa que le extraña. Por la noche me pareció que estaba más seria que de ordinario y que con extrema habilidad me vigilaba de cerca. Arreglé mi actitud de conformidad con aquellos indicios, muy leves, sin duda, pero no por eso menos alarmantes.
II. Por muy justas causas y consideraciones á mandado Su Majestad, que en todos estos reynos no pueda aver sino ocho compañias de representantes de comedias y otros tantos autores de ellas, que son Gaspar de Porras, Nicolas de los Rios, Baltasar de Pinedo, Melchor de Leon, Antonio Granados, Diego López de Alcazar, Antonio de Villegas, Juan de Morales, y que ninguna otra compañia represente en ellos de lo cual se advierte á Vm. para que ansi lo haga cumplir y executar ynviolablemente en todo su distrito y jurisdiccion, y si otra cualquiera compañia representase procederá contra el autor de ella y representantes, y los castigará con el rigor necesario, y en ninguna manera permita que en ningun tiempo del año se representen comedias en monasterio de frayles ni monjas, ni que en el de la cuaresma aya representaciones de ellas, aunque sea á lo divino, todo lo cual hará guardar y cumplir.
¡Hija! ¿Eres tú? Padre, pues del otro mundo Vengo á hablarte, escucha, atiende. Yo me maté por tu causa. ¿Por mi causa? Claramente. Tú me casabas por fuerza. Mi intento fué bueno. Advierte Que el Conde me merecía; Mas no quiso Amor que fuese Mi esposo, porque ya estaba Casada. Culparte debes A ti misma en no decirme Lo que tan tarde me ofreces.
Palabra del Dia
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