United States or United Arab Emirates ? Vote for the TOP Country of the Week !


«, esta es la tercera o cuarta cama en que duermo... De chiquita... no hago memoria... ¡Ah, ! Mi madre era rubia, muy guapa: siempre estaba trabajando con almohadillas, encajes y alfileres...; el pelo como el oro, la voz dulce...; debió de ser muy desgraciada. ¡Por qué no habrá vivido mi madre! Luego he dormido en casa de los tíos. ¡Pobrecillos, nunca les abandonaré!

Dejemos estas explicaciones para después; sabes que puedes contar con mi afección ... ¡No te abandonaré jamás! Herminia ahogó un suspiro. La perspectiva de no dejar nunca á la señorita Guichard no era á propósito para tranquilizarla.

¡A nada!... A la noche volví y hablé con don Casiano largamente; le expuse con toda franqueza mis aspiraciones y hasta lo que tengo y lo que tendré con el tiempo en punto a recursos: llegué a decirle que liquidaría todo y me vendría a establecer aquí; el buen viejo me trató con toda consideración; pero diciéndome invariablemente: «Vea, señor, lo que ella resuelva, estará bien... ¿qué quiere que yo me ponga a contrariarla?... háblele usted, no más... y si es por visitarla, puede venir cuando quiera». Así lo hice; el martes, casi pasé el día allí; comí con ellos, tocamos el piano, conversamos largamente; volví ayer... hemos estado horas y horas solos; pero la última palabra de la Pampita al despedirme fue la primera: «Me debo a mi padre y no lo abandonaré en sus últimos años». «¿Me permite usted que la frecuentele dije teniéndole la mano tomada. «Siempre me será grata su visita», me contestó, y cuando salí por la tranquera para venirme, la vi en el corredor; la saludé con el sombrero y ella me contestó con la mano.

»Navega pues, supuesto que es preciso, frágil barquilla mía; ve a desafiar la tempestad. Afortunadamente yo seré tu piloto; yo sabré gobernarte y no te abandonaré a merced de las olas. »¿Qué sería de mi vida, pobre hija mía, si te abandonara yo?

¡Ah! ¡ah! pues mejor, mejor... yo enriqueceré á tus padres... yo no te abandonaré. ¡Una sola palabra! ¡Qué! ¡Me amáis de veras! ¡! dijo el duque. Pues bien; el amor iguala... yo no por qué te amo también, duque mío. ¡Diablo! exclamó para el duque ; esta muchacha es más hechicera y tiene más talento de lo que yo creía.

No podemos evitar ciertos inconvenientes porque se trata de inconvenientes, no de peligros más que permaneciendo fuertemente unidos. Yo no la abandonaré, siempre que usted misma no se haga traición. ¡Qué diablo! Yo creí que tenía usted más estómago. ¿Es usted capaz de perder pie, como una francesa, en vez de tenerse firme, como verdadera italiana?

La ingenuidad con que expresaba Nina su pensamiento no llegó a penetrar en el alma de Doña Paca, que sin moverse de su asiento, y con los cuchillos en la falda, prosiguió diciéndole: «No hay otra como para componer las cosas, y retocar tus faltas hasta conseguir que parezcan perfecciones; pero yo te quiero, Nina; reconozco tus buenas cualidades, y no te abandonaré nunca.

Yo abandonaré esa sociedad. Opondré a todas mis conveniencias y a todas las pueriles vanidades de su etiqueta el silencio y la oscuridad de mi soledad.