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Aunque sintamos ofender la perspicacia de nuestros lectores, la verdad nos obliga a declarar que la damisela del corredor no era la blonda Nieves, sino la blonda Valentina. ¿Cómo? ¿Aquella arisca costurera tan enemiga de los señoritos y que además tenía un novio llamado Cosme? La misma en cuerpo y alma, con sus rizos dorados sobre la frente, su entrecejo saladísimo y nariz un poquito remangada.

Habíalas, hechas como de encargo, para antes y después de comer, para las horas del sueño y el trabajo, y hasta para torpes casos a que no sospechó Pepe pudieran estar sujetas su madre y hermana, como uno que llevaba este epígrafe: Para cuando sintamos deseos lascivos.

No habiamos esperado media hora en el piso principal, cuando llegó Luisa Noel. Esta señora nos recibió con muy buenas maneras en una magnífica sala; la conversacion comenzó á preludiarse; pero yo puse fin á los preludios diciendo: Señora, ¿usted no tiene habitacion en el entresuelo ó en el principal? No, señor, no la tengo. Entonces no podemos estar en su casa, por más que lo sintamos.

14 prosigo al blanco, al premio del soberano llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa. 17 Hermanos, sed imitadores de , y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo. 18 Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos del madero del Cristo,

De que en una o varias novelas aparezcan pintados los sentimientos de los españoles de 1808 con la vehemencia que exige la propiedad histórica, no se puede deducir que los presentes sintamos antipatía hacia una nación a la cual nos unen hoy vínculos más fuertes que todas las alianzas políticas.

Tizona quiso esgrimir la de su nombre, Infolio perdió la serenidad, y a Lepe le descompuso la ira. Ya iban a reñir, cuando este último, en un instante de lucidez les dijo de este modo: ¿Por qué luchar y aborrecernos si aún no sabemos en cuál se ha de fijar Fortuna? Seamos amigos, hasta que ella escoja, por lo menos; no sintamos la envidia antes de que haya quien saboree el placer.

A falta de otro mérito superior, la presente obra será notable por la expresion ingénua con que será escrita. Si hay algun aliño en lo que escribamos, será el que buenamente salga á nuestro encuentro. Nosotros no hemos de buscar otra cosa que procurar decir, en la forma más fácil, lo que veamos, lo que sintamos y lo que pensemos.

El movimiento para nosotros no significa nada, no es sentido, no es percibido de ningun modo, cuando no le podemos referir á la posicion de diferentes cuerpos entre . Si recorremos un canal encerrados en un gabinete de la barca que nos lleva, nos movemos realmente, sin que lo sintamos de ningun modo.