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Y la pobre joven, casada con «Vatacio el Herético» por un padre necesitado de alianzas, había vivido largos años en Oriente con toda la pompa de una basilisa, envuelta en vestiduras de rígidos bordados que representaban escenas de los libros santos, calzada con borceguíes de púrpura que llevaban en las suelas águilas de oro, último símbolo de la majestad de Roma.

Tiene indispensablemente que decirse, que entregar a su hija a uno de esos hombres, es entregarla a la peor de las alianzas, y degradar indignamente su propia obra. Su responsabilidad, en semejante materia, es tanto más pesada, cuanto que las jóvenes francesas, con nuestras costumbres, se hallan completamente imposibilitadas para tomar una parte seria en la elección de un marido.

Los industriales del país, que sólo aceptaban alianzas con gente de dinero, habían admitido como yernos á los hijos del poeta. Su gloria se extendía por toda la provincia como algo irresistible, reflejándose en las provincias limítrofes.

Mi distinguido amigo: En cuestión de alianzas tal vez sería lo mejor, después de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quién y cómo. Los usos diplomáticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta después de ya celebrados.

Cumplida esa grandiosa y trascendental epopeya, el pueblo español ha debido buscar su fuerza y sus elementos de actividad en alianzas con otras familias de la humanidad, so pena de descender. Esta verdad se revela en España así en lo grande como en lo pequeño.

Las aisladas alianzas entre las casas reales de Borbón y de Hapsburgo no pudieron colmar ese abismo, que separó radicalmente á los dos pueblos, ahondando aún más en lo sucesivo sus diferencias de carácter, y aumentando su mutua antipatía las guerras continuas que sostuvieron.

La ausencia une y desune: tanto acerca como aleja: hace recordar y olvidar; relaja ciertos vínculos muy sólidos, los distiende a veces hasta romperlos: hay alianzas reconocidas indestructibles en las cuales ocasiona irremediables averías: acumula mundos de indiferencia sobre promesas de eterna recordación.

Si sigue así, si nadie acude á sostenerla, escarmentará al verse en tan cruel abandono. Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con simpatías que no hemos procurado crear ni fomentar, todavía nos queda alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho.

Sabe al dedillo las alianzas, buenas y malas, de todas las grandes familias y las juzga soberanamente, para hacer olvidar, sin duda, que él se casó con Leontina Marsh, hija de un fabricante de drogas.

Limitada así la intención que tuve al hablar de alianzas, sigo sosteniendo, sin que La