United States or Solomon Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando corrieron para socorrerla, escapó despavorida, y volvió a caer ya carbonizada. ¿Puedes imaginarte horror semejante? Parece que realizó el acto en un estado de absoluta lucidez. Piensa que la pobre, por una extrema exaltación de su virtud, sintió la necesidad de morir así, abrasada, para purificarse, para consumirse en el fuego con los vestigios de su pecado.

Ante esta dolorosa perspectiva, sus ojos se velan, su corazón se contrae de angustia, y murmura, desesperado: ¿Por qué no he tenido energía para negar? ¿Qué esperaba? ¿Que Jaime hiciera desaparecer la distancia que me separa de su hermana? ¡Locura, locura! ¡Con tal, Dios mío, que nadie sospeche la osadía de mi sueño! Sufre, y su pensamiento evoca, con angustiosa lucidez, el lejano pasado.

Estéban Lesperut, así se llama, toca ese grado de lucidez interior, en que el hombre toma la costumbre de amar el pensamiento de la muerte, como si se tratara del último misterio que su destino le ordena descifrar; en que el hombre se ofrece á nuestra fantasía de un modo semejante á la idea de silencio, de espíritu, de historia, de inmortalidad casi, en que el hombre es el canto del tiempo, colocado entre el mundo y Dios, como una estátua está colocada entre el genio de un artífice y los ojos del que la mira.

Mediando, como media, tan poco interés en el juego, lo interrumpimos continuamente con agradables conversaciones y hasta con discusiones sobre puntos extraños al mismo juego, en todo lo cual demuestra siempre Pepita una lucidez de entendimiento, una viveza de imaginación y una tan extraordinaria gracia en el decir, que no pueden menos de maravillarme.

Llevé a cabo aquella gigantesca zancada, pero a trueque de temores y de deslumbramientos que no son para descritos; y lo que me asombró más, luego que hube alcanzado el punto de lucidez necesario para comprender a fondo las lecciones de Oliverio fue el resultado de la comparación del valoramiento que ponían en mi mente, con la frialdad del calculismo de aquel que se decía enamorado.

La lucidez de mi amoroso anhelo entrevé tu límpida mirada, que a través de las sombras de tu velo me hiere el corazón como una espada. Marchando, silenciosa y recatada, hacia el altar, con religioso celo, pareces una virgen arrancada de las alturas del divino cielo. La nieve de tu frente se ilumina cuando el ungido tu presencia acierta y a darte el cuerpo de Jesús se inclina;

Qué le pasó entonces por las regiones aletargadas del cerebro; qué revoltijo de ideas incongruentes y de bizarras imágenes le poseyeron, no se sabe a ciencia cierta; pero es cosa averiguada que a las altas horas de la noche, saliendo de repente de su batalla y poniendo las manos entrelazadas debajo del cogote, exclamó para sus adentros, en estado ya de perfecta lucidez: ¡Carape! ¿Será verdad que yo soy bastante buen pintor de acuarelas, y que dibujo muy bien?

Ya la mayoría de ellos se habían ido reuniendo ante la alcaldía en la pequeña plaza de los Abades, cuando llegó Delaberge. Como es fácil adivinar, había dormido muy mal aquella noche y su pálido rostro conservaba las huellas de sus pasadas conmociones. Con la lucidez de espíritu que suele producirse al despertar, se le apareció la situación más cruel todavía.

El aire frío, la bocina de algún automóvil, el eco de sus propios pasos en la acera, todo parecía perseguirle, hablarle de ella, sugerirle visiones monstruosas de infidelidad y de falsía. Se imaginaba casado y engañado en seguida. A cada instante le asaltaba la tentación de volver a casa de Charito. Por momentos reflexionaba con una gran lucidez.

María de la Paz, en su afán de decirlo todo, expuso, con su lucidez acostumbrada, que aquel caballerito había estado en el camino de la perdición á causa de las malas compañías; pero añadió que ellas le protegían, y esperaban lograr traerlo al buen camino. ¿De dónde eres, muchacho? dijo el padre, que era muy brusco, muy francote, y trataba de á todo el mundo. De Ateca, en Aragón.