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Por eso se han desprendido del volumen, como páginas de antología popular, las siluetas del Rastreador, del Baqueano, del Gaucho malo y del caudillo silvestre, de las cuales Sarmiento dice que han quedado como la introducción de Volney a las «Ruinas de Palmira»... Sarmiento admiraba, en efecto, a Volney, y acaso no fué del todo extraña esa obra, lo mismo que la de Walter Scott, Víctor Hugo, Fenimore Cooper y Chateaubriand, a la formación de sus gustos como narrador.

No es otra la razón de hallar en Fenimore Cooper descripciones de usos y costumbres que parecen plagiadas de la pampa; así, hallamos en los hábitos pastoriles de la América, reproducidos, hasta los trajes, el semblante grave y hospitalidad árabes. Existe, pues, un fondo de poesía que nace de los accidentes naturales del país y de las costumbres excepcionales que engendra.

El único romancista norteamericano que haya logrado hacerse un nombre europeo es Fenimore Cooper, y eso porque transportó la escena de sus descripciones fuera del círculo ocupado por los plantadores, al límite entre la vida bárbara y la civilizada, al teatro de la guerra en que las razas indígenas y la raza sajona están combatiendo por la posesión del terreno.

Aun sin eso, ya no morirá, gracias a Pereda, el tipo hoy casi perdido del viejo marinero de la costa cantábrica, levantado por él a proporciones casi épicas, y digno de hombrearse con muchos héroes de Fenimore Cooper.

Verdadero tipo a lo Fenimore, trampero por tierra y por agua, guardapesca y guardacaza, las gentes del país le llaman el Rondador porque, entre las brumas del alba o del anochecer, ocúltase siempre entre los cañaverales, acechando, o bien inmóvil en su barquichuelo, ocupado en vigilar sus atolladeros en los estanques y en las acequias.

No; llegaban a la isla donde muchas veces había pasado las tardes Rafael, oculto en los matorrales, aislado por el agua, soñando con ser uno de aquellos aventureros de las praderas vírgenes o de los inmensos ríos americanos, cuyas peripecias seguía en las novelas de Fenimore Cooper y Maine Reid.