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Aunque en sus devociones considerase á la religión como á la sola fuente, digna de inspirarlo, en otros momentos en que lo ocuparon objetos menos elevados, no se opuso á escribir de otras materias muy diversas. De esta manera, y aun siendo ya sacerdote, prosiguió trabajando con inagotable fecundidad en la composición y publicación de poesías líricas, épicas y dramáticas de toda especie.

Y tuviste en la lira de Quintana ecos triunfales, resonancias bélicas de estoques y corazas y armaduras que son el timbre perennal de Iberia; en los versos broncíneos de Chocano, fragor de sordas cataratas épicas, algazara de pompas coloniales, rumor de besos y temblor de quenas.

El indio hace lo que ve hacer, y se deja llevar en momentos dados, desde sus indolentes sueños á las altas regiones donde centellea la luz de los héroes. Un capitán español al frente de cien indios, puede recordar las grandes epopeyas de las guerras épicas. El español se bate por el ardimiento de su sangre, por el sacrosanto amor patrio, por su espíritu de raza.

Decíase de él por lo bajo que en su borrascosa mocedad había sido contrabandista y que yendo y viniendo de Ronda á Gibraltar y de Gibraltar á Ronda con su potro corredor y su trabuco naranjero, había llenado aquella ancha zona de su alto nombre y sus épicas hazañas.

En esas épocas yacen los elementos de las artes representativas, ya adormecidos en narraciones épicas, ya en cantos líricos ó alternados.

Y sin embargo, aquellos hombres de antaño apenas si paraban mientes en estas «pequeñecespara dedicar toda su poderosa inteligencia, toda su voluntad de hierro, todos sus nobles estímulos al fomento de las ciencias, de las letras y de las artes, al engrandecimiento de nuestros dominios, á la realización de épicas empresas con las cuales asombraron al mundo, pudiendo decir enfáticamente que: «en sus dominios no se ponía el solHoy por el contrario, pobres, descaecídos, faltos de ideales y de energías, habiendo dejado perder el inmenso patrimonio que nos dejaron nuestros abuelos, «armamos un dos de Mayoal encontrar á nuestro paso un montoncillo de basura.

Dejad que esa nueva sangre anime nuevas formas; dejad que los almohades terminen en Sevilla el gigantesco ensayo del arte que se proponen sustituir al arte de los Umeyas ; dejad que entre tanto las dos grandes monarquías enemigas que ya no caben juntas en España desahoguen su plétora en las sangrientas batallas de Alarcos y Muradal; y entonces será tiempo de decidir cuál de estas dos nacionalidades tan llenas de vida, tan pródigas de su sabia, tan épicas en sus hechos, ha de quedar dueña esclusiva de las hermosas ciudades del Guadalquivir, con sus usos, sus artes, su lengua y su .

Dedúcese de lo expuesto que los contrafazedores provenzales, ya como farsantes, ya como actores mímicos de poesías épicas y líricas, ofrecen siempre grande importancia al tratarse de la historia progresiva del teatro moderno, y que los literatos, que, como Moratín, niegan á los provenzales influjo alguno en el desarrollo del drama, no han estudiado á fondo su desenvolvimiento sucesivo.

Todos los esfuerzos, que después se hicieron, para transformar en epopeya artística á la historia nacional, se estrellaron por completo en la imposibilidad de la empresa, no obstante la actividad de muchos y aventajados ingenios que consagraron á ella sus fuerzas. Casi generalmente ahogó la influencia predominante de la historia las chispas épicas, que lucieron acá y allá.

Créese, no obstante, que han desaparecido del todo las primitivas composiciones líricas populares, ó que sólo han llegado hasta nosotros escasos restos, al paso que existe parte de las épicas, las cuales, á causa de su fuerte colorido local y nacional, y de sus planes y objeto, son documentos muy importantes para el estudio de la literatura española.