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Actualizado: 25 de julio de 2025
Pero fué en vano hablarlos de que se hiciesen cristianos, porque no venían bien en abandonar su nativo suelo y tomar casa en otro paraje, y de otra manera no podían ser doctrinados en las cosas de la fe y admitidos al santo bautismo; por cuya razón, viendo el P. Zea que no era aún llegado el tiempo para su conversión, dió la vuelta en busca de sus compañeros; mas no le salieron en vano sus fatigas, porque corriendo por algunas Rancherías ya desiertas, halló allí poco más de setenta almas que redujo con facilidad á la fe, y dejándolas al cuidado de algunos de sus neófitos que las guiasen y condujesen hasta San Joseph, alegrísimo el siervo de Dios de haber en tres días sacado de las garras del demonio tantos infieles, llegó junto á la última Ranchería de los Cucarates, donde le esperaban sus compañeros, á los cuales el espíritu maligno había puesto en el corazón tal desesperación del éxito feliz de aquella empresa, que por más que los animó no pudo jamás conseguir con ellos que pasasen adelante; y ¿qué podría hacer él solo si faltaba por romper otro bosque semejante al pasado?
Igual fué también la alegría del P. Miguel que veía ya logrados los sudores del P. Zea, que con tantos trabajos había empezado á plantar aquella viña, y para su fecundidad le llovía del cielo copiosas bendiciones.
Despidióse, pues, de sus neófitos con mutuo sentimiento y dolor por el amor que el P. Joseph les tenía, y con que ellos le correspondían, dando antes orden de que mudasen la Reducción á lugar más cómodo y más abierto en las riberas del río de San Miguel, y pasando de aquí á los Chiriguanás encomendó el pueblo de la Presentación al cuidado del P. Juan Bautista de Zea y el de San Ignacio á los PP. José Tolú y Felipe Suárez.
Los fugitivos, en varias ocasiones, quisieron matar al P. Zea; mas Dios, que le guardaba, le libró siempre, de varias maneras, de su furor y crueldad.
Mas no fué del todo inútil esta ida del Padre Zea, porque algunas familias de mejor condición, se redujeron á San Joseph, y después, poco á poco, han ido siguiendo su ejemplo las otras.
No querían éstos admitir el presente, porque los Cucarates se habían enojado con ellos, como si hubiesen venido á visitar al Padre movidos del interés, y porque cuanto se les daba á los Zamucos tanto menos había que dar á los Cucarates. No obstante eso, el P. Zea les obligó á que le recibiesen, diciendo que Dios daría para todos.
Habiendo ordenado el nuevo Provincial Padre Juan Bautista de Zea que el P. Miguel de Yegros, en pasando las lluvias, fuese con el hermano Alberto Romero á fundar la Reducción de nuestro P. San Ignacio, se anticipó el P. Yegros algún tiempo, así por escoger con tiempo sitio á propósito, como por no exponerse á peligro de no hallar agua qué beber en el camino; por tanto, á principios de Abril empezó su viaje; mas entrando en el bosque de los Zamucos, se vió obligado á volver atrás por tener tanta falta de agua, que ni la gente ni las caballerías tenían con qué apagar la sed.
Yo le mando á V. R. respondió el P. Zea que no haga mudanza ninguna en su vestido y deje que yo me goce en esta pobreza, de que hago más aprecio que de cuantas púrpuras visten los monarcas y emperadores. Todos los muebles de su aposento eran una red, ó como aquí llamamos, hamaca, para dormir, sin colchón ni almohada, unos cuantos libros devotos y un Santo Cristo.
Llegó á Tarija, y alcanzando de los Regidores una compañía de soldados, se volvió lo más presto que pudo, llevando por su compañero al P. Juan Bautista de Zea; y aunque el camino era áspero y peligroso y la poca comodidad con que trataban su cuerpo estos Evangélicos operarios les hacía más trabajoso el caminar, con todo eso estaban insensibles á toda molestia y trabajo por la abundante copia de delicias celestiales de que gozaban, bautizando en aquellas soledades gran número de niños y no pocos adultos que viéndose ya cercanos á la muerte, cambiaban de buena gana la vida con esperar la eterna bienaventuranza.
Fundación del pueblo San Francisco Xavier II 15 Fundación de la iglesia de los Chiquitos I 77 Fundación de la nueva cristiandad de los Chiriguanás II 244 Fundación de las encomiendas de Quicmes, Paraníes y Subarecas. Fúndase una Reducción nueva y el P. Juan Bautista de Zea emprende la misión de los Zamucos II 142
Palabra del Dia
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