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Actualizado: 2 de septiembre de 2025
Esto es de lo que yo me quejo; cásese vuestra merced una por una con esta reina, ahora que la tenemos aquí como llovida del cielo, y después puede volverse con mi señora Dulcinea; que reyes debe de haber habido en el mundo que hayan sido amancebados.
El tratar de agradar constantemente, el cortejar al público, y tener siempre el ojo fijo sobre el director de orquesta, y refrenar su propio semblante, y cambiar a cada instante de traje y de color, y saltar de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, y volverse con rapidez, y caer nuevamente de pie, y sonreír, en fin, con los ojos llenos de lágrimas, ¿no es, acaso, dicho en pocas palabras, el programa del baile y la política?
El dolor es la ley universal, aquí como allí dijo Artegui, mirando fijamente al Adour, que corría, negro y silencioso, a sus pies. Poco más departieron, hasta volverse al hotel. Hay conversaciones que despiertan pensamientos profundos y tras de las cuales pega mejor el silencio que palabras frívolas.
Cuando se quedó sola en su tocador, se puso a despeinarse frente al espejo; suelto el cabello, cayó sobre la espalda. «Era verdad, ella se parecía a la Virgen: a la Virgen de la Silla... pero le faltaba el niño»; y cruzada de brazos se estuvo contemplando algunos segundos. A veces tenía miedo de volverse loca.
Como si no hubiera oído esta afirmación, que desmentía las del Príncipe, ni éste se hallase presente, el juez continuó interrogando a la criada sin siquiera volverse hacia el acusado. ¿Cuándo se lo comunicó usted? ¿En qué circunstancias? Procure usted precisar.
3 Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, has fornicado, y se ha contaminado Israel. 4 No pondrán sus pensamientos en volverse a su Dios, porque espíritu de fornicación [está] en medio de ellos, y no conocen al SE
Por otra parte, don Cristóbal, padre de aquel ángel travieso y juguetón, quedó repentinamente en posición tan falsa que quiso volverse loco. Luchaba su amor de padre ruda batalla con el odio a la milicia.
Sabiendo en Santa Cruz como querian Volverse, porque el Gomez lo ha tratado, Diciendo que las aguas ya venian, Y no estaba el camino aparejado: A Diego Gomez presto le prendian Y al Audiencia le envian á recado. Don Diego no desiste del camino, Que tullido y enfermo á Mizque vino.
La vista de las arañas le producía espasmos; el bisturí de un médico le estremecía. La aprensión de volverse loco le hacía padecer horriblemente algunas veces: otras era el temor de suicidarse contra su propia voluntad.
Pero aquella risita se apagó al cabo. Sintió un desasosiego extraño, cierto abatimiento que hizo flaquear sus piernas. Detúvose un instante: le acometieron deseos de volverse y espiar de nuevo a la pareja que dejaba allá en el Campo de los Desmayos. El temor de ser notada la contuvo.
Palabra del Dia
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